Cada idioma representa una forma distinta de ver el mundo. Deberíamos procurar salvarlos todos, y mimarlos y protegerlos para que no se desvirtúen. Desgraciadamente, en estos tiempos que corren no resulta políticamente correcto defender al castellano ni al valenciano. Cada uno de ellos sufre agresiones de distinto tipo, pero en ambos casos inaceptables. Los idiomas no hacen daño a nadie, sirven para la comunicación y, como es sabido y he dicho antes, cada uno de ellos indica un modo distinto de ver las cosas. Los principales enemigos que tiene el valenciano son los políticos locales, que han creado la onerosa AVL, costeada con los impuestos públicos, para acabar con él. Al castellano se le trata de marginar en muchos sitios. Uno de ellos es Galicia. Para promocionar el musical idioma gallego no es necesario tratar de erradicar al castellano. El bilingüismo es muy sano y enriquecedor. Lo que no creo que dé resultados, y no me gusta que se haga en ninguna parte, es obligar a que se hable un determinado idioma a costa de otro. Como valenciano parlante, me gustaría que se cuidara este idioma y que se habilitaran centros para que lo pudieran aprender quienes quisieran. Que se hiciera publicidad del Siglo de Oro valenciano y se explicara su importancia. Y todo esto, como es obvio, sin menoscabar ni tratar de arrinconar al castellano, en el que se han escrito tantas obras de grandiosa literatura. Y los valencianos consideramos tan nuestro al castellano como al valenciano. Yo los uso ambos indistintamente cada día, según con quien trate en cada momento. Idénticas pretensiones tiene el grupo Coruña Liberal, que insiste en que el castellano es tan gallego como el gallego, cosa que como ya he dicho parece muy puesta en razón. Y ha habilitado una web para la recogida de firmas, con el fin de evitar que el castellano sea expulsado de la enseñanza y para exigir que la calidad en la educación sea el principal objetivo.
1 comentario:
Es cierto que el idioma sirve para la comunicación, pero no los idiomas. Estos sólo sirven para no comunicarse. No veo la utilidad en que no me pueda comunicar con un chino o un alemán porque no conozca su lengua ni ellos la mía. Imagínese un mundo con un solo idioma: podría comunicarme con un australiano o con un tipo de Guinea-Bissau. Así que por lo que se refiere a España no veo dónde está la riqueza de que en este país se hablen tres o cuatro lenguas. Lo siento, pero no la veo. Además, acuérdese de que el "incidente" de la Torre de Babel no fue la consecuencia de un premio divino, sino de un castigo. Un saludo.
Publicar un comentario