Escribe hoy Juan Manuel de Prada un interesante artículo en ABC, en el que a partir de una observación sobre McCain, candidato republicano al gobierno de Estados Unidos, se extiende en consideraciones sobre el resentimiento español, tan real como nocivo, indefendible e insoslayable. Parte el articulista de un comentario que le hizo Fernando Iwasaki sobre las posibilidades que tendría en la política de España alguien que teniendo poco dinero en sus comienzos se hubiera hecho millonario, como McCain. Algo parecido se le hubiera podido aplicar también a Obama.
En España no hubiera podido ocurrir, pero es por motivos diferentes. Aquí no se hace política del mismo modo que allí. No es concebible que un ciudadano español que se haya enriquecido, gracias a su esfuerzo, habiendo partido de la pobreza, ingrese en cualquier partido español y comience a hacerle la pelota al Pepiño Blanco de turno, con la idea de llegar hasta la presidencia del partido. Porque en España hay muchos que habiendo comenzado con nada, y aún con menos, se han enriquecido en grado sumo. Algunos lo han logrado mientras hacían política, Dios me libre de decir que ha sido gracias a la política. Y la gente a la que se le puede atribuir el resentimiento los soporta.
Pero volviendo a la forma de vivir estadounidense, conviene reconocer que en aquel país a una persona con talento e iniciativa le resulta más fácil triunfar que en otra parte. Pero todos no tienen talento e iniciativa; por tanto, habría que habilitar algún tipo de ayuda para los más desfavorecidos. La gente común acepta el sistema sin rechistar, quizá porque está anestesiada con “el sueño americano”. Ellos confían en que si no consiguen triunfar ellos lo harán sus hijos o sus nietos. Lógicamente, es muy bajo el porcentaje de personas que lo logra. Hillary Clinton hizo alguna propuesta interesante sobre la Seguridad Social, pero allí es muy difícil de establecer, a causa de los intereses creados. Y a lo peor la Seguridad Social está en peligro en Europa, a causa de la ceguera de los políticos.
El resentimiento español se ceba más en quienes padecen algún tipo de desventura, en los que sufren indefensión. Y lo utilizan los politicastros, que tanto abundan, en beneficio de sus intereses.
En España no hubiera podido ocurrir, pero es por motivos diferentes. Aquí no se hace política del mismo modo que allí. No es concebible que un ciudadano español que se haya enriquecido, gracias a su esfuerzo, habiendo partido de la pobreza, ingrese en cualquier partido español y comience a hacerle la pelota al Pepiño Blanco de turno, con la idea de llegar hasta la presidencia del partido. Porque en España hay muchos que habiendo comenzado con nada, y aún con menos, se han enriquecido en grado sumo. Algunos lo han logrado mientras hacían política, Dios me libre de decir que ha sido gracias a la política. Y la gente a la que se le puede atribuir el resentimiento los soporta.
Pero volviendo a la forma de vivir estadounidense, conviene reconocer que en aquel país a una persona con talento e iniciativa le resulta más fácil triunfar que en otra parte. Pero todos no tienen talento e iniciativa; por tanto, habría que habilitar algún tipo de ayuda para los más desfavorecidos. La gente común acepta el sistema sin rechistar, quizá porque está anestesiada con “el sueño americano”. Ellos confían en que si no consiguen triunfar ellos lo harán sus hijos o sus nietos. Lógicamente, es muy bajo el porcentaje de personas que lo logra. Hillary Clinton hizo alguna propuesta interesante sobre la Seguridad Social, pero allí es muy difícil de establecer, a causa de los intereses creados. Y a lo peor la Seguridad Social está en peligro en Europa, a causa de la ceguera de los políticos.
El resentimiento español se ceba más en quienes padecen algún tipo de desventura, en los que sufren indefensión. Y lo utilizan los politicastros, que tanto abundan, en beneficio de sus intereses.
1 comentario:
En el caso de McCain, su fortuna no la hizo trabajando -aunque un senador puede ganar bonitas sumas de diversas maneras, supongo- sino casándose con una heredera millonaria de una franquicia de la peor cerveza que hay en este país. Si al menos fuera buena cerveza...como la Estrella de España ;-)
Publicar un comentario