martes, 26 de agosto de 2008

El insulto de Fabra

Hay un vídeo en youtube en el que se escucha claramente el insulto que Carlos Fabra, presidente de la diputación de Castellón dirige a Francesc Colomer, portavoz del PSPV. En su descargo alegan que se produjo cuando creía cerrados los micrófonos, pero en realidad ese dato empeora las cosas para él. Si lo hubiera proferido en el curso de la sesión, hubiera podido tomarse como una respuesta visceral a una serie de preguntas incómodas. Al hacerlo cuando cree que sólo le oyen sus amigos, pone de manifiesto el respeto que le merecen éstos, las instituciones democráticas, sus oponentes políticos.
Lo que demandan los contribuyentes a los políticos es precisamente que haya control. Que se vigile el gasto público, que se trate por todos los medios de impedir la corrupción. Los políticos deberían ser conscientes de esto y someterse de buen grado a las preguntas de sus oponentes y a contestarlas con toda la amplitud que demande la cuestión y en el plazo más breve que sea posible. Cuando se obstruye la acción fiscalizadora se presta un mal servicio a la democracia.
Si en los partidos políticos no rigiera la obediencia absoluta al líder, veríamos cual sería la situación de Carlos Fabra, y quizá la de otros. A estas alturas ya es del dominio público que el político que le cae en desgracia a su jefe puede dar por terminada su carrera política, así es que los militantes del PP se cuidan mucho de criticar a Fabra. Y no sólo eso sino que el mismísimo Rajoy se vio obligado a llamarle político ejemplar. Hubiera resultado útil un micrófono que captara los pensamientos y les diera voz, para situarlo en esos momentos en las cercanías de Rajoy. No creo que sea muy descabellado suponer que lo que están deseando el propio Rajoy, e incluso Camps, es que Fabra abandone la política. Flaco servicio les hace a ambos continuando en ella.

1 comentario:

Diego Fernández Magdaleno dijo...

Es un verdadero escándalo que Fabra continúe en la política. Como ciudadano siento auténtica vergüenza.
Saludos,
Diego