En la situación actual, quien quiera bien a Francisco Camps sólo puede desearle dos cosas. La primera es que tenga suficiente fortaleza de ánimo para dimitir. Y la segunda es que resulte absuelto de todos los cargos. De cumplirse estos dos deseos, habría salido con mucha dignidad del embrollo en el que está metido el actual presidente de la Generalidad.
Soy de los que piensan que Francisco Camps es total y absolutamente honrado, y que se ha pagado sus trajes. Pero dado que no lo puede demostrar haría mal en aferrarse al cargo como si fuera un Chávez cualquiera. Cuando alguien ve que con su actitud perjudica a alguien innecesariamente, debe cambiar de actitud. Camps está perjudicando no al Partido Popular, al que se ve sin posibilidades de defenderse en este y otros casos, sino a los militantes y a los votantes de ese partido.
A la política se llega, al menos teóricamente, para servir a los ciudadanos. Bajo esta premisa, cuando alguien se convierte en un problema, justa o injustamente, debería dejarla y volver a sus ocupaciones habituales. En este sentido, Francisco Camps se ha convertido en más que un problema, dado que en cuanto salió su nombre a relucir por primera vez tocó a rebato y obligó a todos los componentes de su gobierno a fotografiarse con él. Esta demostración de orgullo herido no tuvo el acompañamiento de la dignidad, que hubiera consistido en enfrentar la situación en solitario.
Cuando tuvo que acudir a prestar declaración también se hizo acompañar, como si no supiera el camino. Y cuando finalmente ha sido imputado, también ha necesitado de las adhesiones inquebrantables. ¿Para qué mezclar a otros representantes políticos en un problema suyo, por más injusto que le parezca? Lo correcto es desear que resulte absuelto. Pero su dimisión sería un alivio para muchos. No debería creerse insustituible.
Soy de los que piensan que Francisco Camps es total y absolutamente honrado, y que se ha pagado sus trajes. Pero dado que no lo puede demostrar haría mal en aferrarse al cargo como si fuera un Chávez cualquiera. Cuando alguien ve que con su actitud perjudica a alguien innecesariamente, debe cambiar de actitud. Camps está perjudicando no al Partido Popular, al que se ve sin posibilidades de defenderse en este y otros casos, sino a los militantes y a los votantes de ese partido.
A la política se llega, al menos teóricamente, para servir a los ciudadanos. Bajo esta premisa, cuando alguien se convierte en un problema, justa o injustamente, debería dejarla y volver a sus ocupaciones habituales. En este sentido, Francisco Camps se ha convertido en más que un problema, dado que en cuanto salió su nombre a relucir por primera vez tocó a rebato y obligó a todos los componentes de su gobierno a fotografiarse con él. Esta demostración de orgullo herido no tuvo el acompañamiento de la dignidad, que hubiera consistido en enfrentar la situación en solitario.
Cuando tuvo que acudir a prestar declaración también se hizo acompañar, como si no supiera el camino. Y cuando finalmente ha sido imputado, también ha necesitado de las adhesiones inquebrantables. ¿Para qué mezclar a otros representantes políticos en un problema suyo, por más injusto que le parezca? Lo correcto es desear que resulte absuelto. Pero su dimisión sería un alivio para muchos. No debería creerse insustituible.
3 comentarios:
"Soy de los que piensan que Francisco Camps es total y absolutamente honrado, y que se ha pagado sus trajes"
Pues no es eso lo que cree la alcaldesa de Valencia, ni el sastre Tomás, ni el juez instructor. Vaya, que eso de que se los ha pagado sólo lo cree usted.
Ya usted sabe señor Vicente, en este mundo sólo existen Francisco Camps, la alcaldesa de Valencia, el sastre Tomás y el juez instructor, si hay alguno otro ya está esta persona que le adivina el pensamiento y habla en nombre de ese otro... también estamos usted Vicente y yo, usted ha dicho lo que piensa. Y yo que no he dicho nada al respecto me quedo aquí, pensando si Luisma sabe qué opino yo y sobre qué, quizás ni siquiera exista... quizás eso sea lo mejor.
"Soy de los que piensan que Francisco Camps es total y absolutamente honrado, y que se ha pagado sus trajes"
Wau, a mi no me parece eso,simplemente viendo su sonrisa cada vez que aparece en un acto o en la entrada de los juzgados,tan sonriente, pienso que miente y por ello da una imágen contraria a la que ofrece,convencido que es honrado y feliz. Deberia dimitir ya este "señor",y decir la verdad porque con mentiras no se llega a ninguna parte, y que mejor se vaya a su casa con su mujer y su niña a ver por la tele la formula uno y se dedique a cualquier otra cosa, que siempre se puede encontrar un trabajo en cualquier sitio.
Bueno en estos momentos esta dificil,pero para limpiar las calles siempre se necesita gente.Animo Camps!!y recuerda sonrie!!
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