Lo que dijo la presidenta de Argentina hace poco fue esto: : "No se va a armar nada porque nadie me va a tocar. Quédense tranquilos que el único que me tocaba ya no está más". ¿Era preciso que llegase a tales extremos? La misma Eva Perón se hubiera avergonzado, de haber estado con vida.
Pero no sólo de eso deberían avergonzarse los argentinos. Tras su victoria en las primarias que acaban de celebrarse en su país, hecho que cabe calificar como lamentable, Cristina Kirchner ha dicho: "Quiero hacer una convocatoria a todos los argentinos y a todas las fuerzas políticas porque el mundo es un gran tembladeral y Argentina necesita de una sociedad unida, pero fundamentalmente una dirigencia que tenga la sapiencia de seguir construyendo las herramientas que nos han permitido sobrellevar el desastre de 2008, la crisis de 2009 y ahora estar bien plantados". Me falta puntualizar que los resultados democráticos deben respetarse escrupulosamente, aunque eso no significa que haya que tomarlos por infalibles. Eso de que el pueblo no se equivoca nunca es una tontería y de las gordas. El pueblo se equivoca mucho, lo que ocurre es que no hay ningún sistema mejor que la democracia. Hay que añadir también que no hay que juzgar a Argentina tomando como base la oratoria de Cristina Kirchner, puesto que en ese país han nacido y vivido algunos de los más grandes literatos universales.
Por otra parte, los españoles tampoco podemos hablar mucho. Los autores de los pensamientos son dos altos personajes de la política española:
“No es la verdad la que nos hace libres; es la libertad la que nos hace más verdaderos.”
"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta".
Esto es lo que votamos aquí y allá.
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