Se ha habilitado un grupo en Facebook con el título “Identificar y difundir al policía de la agresión a la joven”. Es decir, se nos ha ido todo de las manos. Las nuevas tecnologías han abierto un abanico de posibilidades, no todas buenas ni mucho menos, y no se sabe todavía cómo enfrentar las más peligrosas, porque algunas, como el grupo citado, lo son.
Los responsables policiales saben perfectamente quién es ese policía. Es decir, los ciudadanos nunca debemos tomarnos la justicia por nuestra mano, sino dirigir las quejas o reparos hacia los políticos, puesto que son quienes deben ocuparse de estas cosas.
Los responsables policiales saben además que ese policía no hubiera actuado así si no hubiera sido aleccionado, como los demás, en ese sentido. Pero no cayeron en la cuenta de que todo podía ser grabado. Aunque le quiten la cámara a uno, puede haber otras veinte grabando lo mismo.
El hecho de que se pueda hacer una cosa, no significa que esté bien. Ese policía, o ese grupo de policías, aunque haya hecho algo mal, lo cierto es que trabajaba para los ciudadanos. De modo que no debemos ir contra la policía.
Recorre la red también un correo electrónico en el que figuran las fotos un asesino cruel que ha salido muy bien librado de la justicia española. Es un caso de linchamiento público, dado que se piensa que el sistema judicial español no ha hecho justicia. Tampoco debería hacerse eso. Hay que exigir a los legisladores que se esmeren en su trabajo.
Otra evidencia, junto con la de que los tiempos nos desbordan, es que los políticos han perdido el contacto con los ciudadanos. La gente no confía en ellos y sale a la calle a protestar. Los políticos deben dejar de creerse una casta privilegiada y cuidar con más esmero los intereses de los ciudadanos para recuperar su confianza. Es el mejor modo de evitar que la gente tome la calle.
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