La deslealtad de Mohamed VI no es nueva, puesto que la lleva en la sangre. Hace ahora poco más de un año, protestó porque le molestaba el ruido de los helicópteros españoles que abastecían a las tropas españolas destacadas en las Alhucemas. Él, que siempre está molestando a Ceuta, a Melilla y al Sahara, protestaba p0r un ruidito. Y el gobierno español no lo mandó a la mierda.
Él, que no respeta la legislación internacional, ni las resoluciones de la ONU, ni tampoco las peticiones de Amnistía Internacional, protestó con toda la carda dura que Alá le ha dado por el ruido de los helicópteros.
Resulta indignante que Francia haya organizado la operación de guerra contra Gadafi, siendo secundada por Estados Unidos y España, y no haya hecho lo propio contra Mohamed VI, ni España lo haya exigido.
Ocurre que Mohamed VI también tiene el descaro de cometer fechorías en territorio español. Las mezquitas árabes son utilizadas para mantener bajo control a los marroquíes residentes en España. Un asunto pendiente de los países democráticos es el de firmar un acuerdo consistente en aceptar mezquitas de ningún país que a su vez no acepte la libertad religiosa en el suyo. Este acuerdo debería firmarse con urgencia en la Unión Europea, toda vez que con ello se ayudaría a los ciudadanos de esos países a liberarse del yugo religioso, que tanto daño hace. Una vez firmado el acuerdo, habría que prohibir con carácter inmediato el culto en todas las mezquitas ya construidas. Tal vez, el Rey de España se vería obligado a pedir perdón al tal Mohamed. Pues que lo haga, pero en mi nombre no.
También ocurre que profesores marroquíes dan clases de religión en centros públicos españoles a niños marroquíes. Esto es algo incomprensible a todas luces. Los responsables de que sucedan estas cosas deberían dimitir de inmediato. Sean ministros o Consejeros de Educación. Es grave la falta.
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