jueves, 5 de abril de 2012

El Papa ha hablado, ¿y ahora qué?

Se ha mostrado contrario al sacerdocio femenino. Lo que ocurre es que las cosas ya no son como eran. Ahora la gente ya se atreve a criticar al Papa. Por ejemplo, yo mismo. Claro que el Papa, o algún otro, me puede excomulgar. Si Añoveros amenazó a Franco con la excomunión, ¿por qué no me pueden excomulgar a mí? Esa es otra, la excomunión como eficaz arma disuasoria.
A quién creo que sí han excomulgado es al ex sacerdote José Mantero, por homosexual. Es curiosa la actitud de la Iglesia con la homosexualidad. Da la impresión de que teme que si reconoce que los homosexuales tienen los mismos derechos que los demás salgan del armario decenas de miles de monjas y sacerdotes homosexuales.
Hoy en día las cosas ya no son como eran. Hoy en día ya se sabe que al Papa unas cosas le preocupan más que otras. Hay curas y obispos que han tenido comportamientos lamentables con víctimas del terrorismo y esos mismo curas y obispos han sido muy complacientes con los etarras. Y el Papa no ha dicho nada. Y hay curas y obispos, y cardenales, nacionalistas y el Papa no ha dicho nada. ¿Qué tendrá que ver el catolicismo con el nacionalismo?
La historia de la humanidad es la de una injusticia que hemos pagado muy cara. Eso de que la mujer es inferior al hombre es el triunfo de la fuerza sobre la razón. Siglo tras siglo, los niños han aprendido en sus casas a vivir en un mundo basado en la injusticia.
Por fin, hemos caído en la cuenta de que somos iguales y tenemos los mismos derechos y deberes. La Iglesia va por detrás.
Hay otra cosa que preocupa al Papa: la obediencia. Pero el ser humano es intrínsecamente libre. ¿Por qué no habla de la libertad? ¿Cree el Papa que están reñidas la libertad y la obediencia?

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