lunes, 2 de abril de 2012

La Inquisición sigue vivita y coleando

El Papa ha pedido perdón, en nombre la Iglesia Católica, por esto y por aquello, e incluso llegó a lanzar aquella pregunta retórica y sin sentido, ¿dónde estaba Dios?, allá en Auswichtz, y sin embargo mantiene la Comisión para la Doctrina de la Fe, heredera directa del Santo Oficio de la Inquisición, ese invento del maligno.
La Inquisición no tiene nada que envidiar a los nazis en cuanto a maldad. Pero aparte de las maldades que han perpetrado la Inquisición o los nazis, hay otras muchas igual de horrendas. ¿Dónde estaba Dios en cada una de ellas? Pero no, la Inquisición sigue, como si no hubiera roto un plato en su vida, como si no hubiera demostrado la capacidad de hacer daño que tiene el ser humano. ¿Qué hacía la Inquisición con los hijos de Dios que caían en sus garras? Es inútil esperar que esta reminiscencia de la Inquisición, que es la Comisión para la Doctrina de la Fe, haga algo bueno, como sería llamar a los obispos y cardenales nacionalistas para que expliquen que tiene que ver el nacionalismo con el catolicismo. A ver si lo único que quieren es llevarse bien con el poder.
No cabe esperar que esta Comisión para la Doctrina de la Fe llame a capítulo a Setién o a Uriarte y otros por el estilo, por ser tan condescendientes con ETA. Tampoco cabe esperar que llame a explicarse a aquel obispo que afirmó, en relación con la pederastia, que hay niños que provocan. O a ese otro cardenal que dijo que el robo de niños había que considerarlo con la mentalidad de la época, como si en algún momento hubiera sido decente robar niños.
La función de la Comisión para la Doctrina de la Fe es la de coartar la libertad de aquellos que tiene bajo su dominio. No cabe duda de que interpreta que a Dios le molesta la libertad y por ese motivo procura atar corto a quienes puede.. Andrés Torres Queiruga es su última víctima.

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