El autor de la frase, Antonio Beteta, secretario de Estado de Administraciones Públicas, se ha disculpado. Ha alegado además que la frase se ha sacado de contexto. Pero si en lugar de a los funcionarios se hubiera referido a los oligarcas no se hubiera podido disculpar o no hubiera merecido ya la pena.
Cualquier político sabe que si se mete con las oligarquías el recorrido de su carrera será muy corto. Las oligarquías saben que han de ser inflexibles con esto para poder mantener sus privilegios.
Con la excusa de la crisis, a los funcionarios y a los trabajadores se les baja el sueldo, se les quitan derechos, se les aumenta la jornada laboral y encima se les dan consejos, se lanzan insidias contra ellos o se les reconviene.
Los trabajadores y funcionarios españoles sacarán a España de la crisis, como lo han hecho en todas las ocasiones anteriores.
El papel de los oligarcas en las crisis es como el de aquel monje que, dirigiéndose a sus compañeros de convento, les decía lo siguiente: Ha dicho el prior que vayáis y trabajéis, que luego iremos y comeremos.
Los trabajadores y los funcionarios tienen mucha menos culpa de la crisis que las oligarquías, y sin embargo se ha puesto sobre sus hombros la mayor parte de la carga, porque a las oligarquías no se las puede tocar. Lo oligarcas siguen premiándose con sueldos “dignos”, con planes de pensiones, con escandalosos bonus, sin que se haya vuelto a oír hablar de los malus. Al principio de la crisis se habló de contraponer los malus a los bonus, Para evitar otra crisis, claro. Pero hace años que ya nadie nombra los malus.
Se conoce que es menos peligroso hablar de los funcionarios, de los trabajadores y de todos aquellos que están indefensos.
Ahora bien, mientras los oligarcas campen a sus anchas, la crisis siempre estará latente.
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