Cierta vez en la que buscaba cervezas en Mercadona, y no me quedaba ninguna en casa, pensé que había una remota posibilidad de que también las tuvieran frías, así que me dispuse a preguntar. El primero con el que me tropecé llevaba un traje diferente al de los demás empleados. Debía de ser un jefe.
Un empleado me hubiera dicho enseguida que no hay y yo no hubiera perdido tiempo, pero éste tenía que pensarlo. Necesitó repetir la pregunta, y acompañar su respuesta con el gesto de la mano, que extendida, trazó una imaginaria línea paralela con el suelo, como si cortara con ella toda posibilidad. ¿Cerveza fría?, ¡no hay! Durante todo el tiempo que tardó en responder estuve a punto de irme varias veces, y dejarlo con la palabra en la boca, para no perder tiempo, pero por educación seguí allí. Si Juan Roig eligiera para jefes a los más eficientes en lugar de a los más tontos Mercadona iría mejor.
Roig insiste de nuevo en que hay que trabajar más, pero yo siempre que voy a Mercadona veo que los trabajadores trabajan sin cesar. No puede quejarse. Y atienden con delicadeza a los clientes, no como el jefe citado.
Puesto que habla con maneras de líder, lo que debería hacer en lugar de acojonar a los trabajadores, que bastante acojonados están ya, es tratar de poner orden entre los oligarcas valencianos, que siempre están a la greña unos con otros, y parece imposible que se puedan poner todos de acuerdo para algún fin.
Hace unas semanas, el Rey también hizo unas recomendaciones para luchar contra la crisis. No exhortó a los trabajadores a que trabajen más, sino que pidió a los empresarios que arrimen el hombro. No lo han hecho, claro. Ha salido mucho capital de España. También hay que tener en cuenta que la mayor parte del fraude fiscal en España procede de las grandes fortunas y las grandes empresas.
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