lunes, 4 de junio de 2012

Las cosas de Patxi López

Hay cosas que a Patxi López le importan más y cosas que le importan menos. Una que le ha entrado por un oído y le ha salido por otro es esta:Ya no me quedan dudas de que cerrarás más veces los ojos y dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre, llamando a las cosas por los nombres que no son. A tus pasos los llamarán valientes. ¡Qué solos se han quedado nuestros muertos!, Patxi. ¡Qué solos estamos los que no hemos cerrado los ojos!
Ese texto está en la carta que le envió Pilar Ruiz Albisu, madre de Joseba Pagazaurtundúa. Se la envió, pero no ha hecho mucho. Quizá prefiera escuchar lo que le dice uno que se llama Eguiguren, por el que particularmente no siento la menor simpatía. Yo no podría militar en ningún partido, porque eso de que los diputados voten según lo que les mandan no va conmigo, pero si a pesar de todo estuviera en el mismo partido que Eguiguren me daría de baja sólo por eso.
Otra cuestión de Patxi López que conviene hacer notar, aparte de la extraordinaria fluidez entre sus oídos, es que las cosas que dice no tienen nada con ver con las que explica Aurelio Arteta, otro vasco ilustre. Es que se dirigen a dos públicos distintos. El pensador habla para esa gente que todavía cree en la ética, o que se empeña en creer en la ética, a pesar de todo. En este sentido, cada vez que publica algo es como si mandara un rayo de luz y de esperanza a aquellos que se empeñan en resistir frente al mal.
En cambio, cada vez que Patxi López dice algo (indirectamente y sin pretenderlo, porque lo que pretende es quedar bien con votantes de Bildu), incita a la solidaridad con todas las víctimas de Eta, y con todos aquellos que se niegan a ser cómplices pasivos, o por omisión, de la barbarie etarra.

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