Se
nos repite una y otra vez que hemos de conocer de dónde venimos para
saber adónde vamos. Y a continuación se nos muestra la parte de la
historia que conviene a los manipuladores. Se ignora una realidad, y
es que los españoles a lo largo de todos los tiempos pasados hemos
sido súbditos. De modo que ahora se nos despoja de nuestros derechos
para otorgárselos a las lenguas y nos parece normal. Estamos
acostumbrados a recibir órdenes.
Con
motivo de la suspensión de militancia del PP, a causa de su
empecinamiento con la lengua, de Antoni Pastor, el alcalde de
Manacor, Saúl Gordillo, en El Períodico, y Francesc Marc-Álvaro,
en La Vanguardia, han competido entre sí para ver cuál de los dos
decía más disparates. Si la Generalidad catalana retirara su apoyo
a estos dos medios es probable que se vieran obligados a cerrar de la
noche a la mañana. Ignoro si tiene que ver una cosa con la otra. Lo
cierto es que si a los nacionalistas les quitan el humo que venden se
quedan en nada.
Con
respecto al nacionalismo, recomiendo leer un magnífico artículo de
Joan Font Rosselló, titulado Nacionalismo y violencia política.
Bueno, lo recomiendo a todos, excepto a los dos periodistas citados
anteriormente; total, ¿para qué?
Al
leer lo de la destitución de Antoni Pastor y los motivos por los que
se ha producido, he puesto en el buscador: Porcentaje de
catalanohablantes en Baleares, consulta que me lleva a La Voz de
Barcelona, en donde me entero de que la audiencia de IB3 ha subido
considerablemente desde que emite también en español.
En
la web de UPyD en Baleares viene la noticia de que el citado Pastor
pagaba a denominado Acampallengua con dinero público. Esto les
parece bien a los nacionalistas. En esta misma web hay un artículo
muy bueno sobre la cuestión, de Juan Luis Calbarro, titulado Carta
abierta a Moviment per la llengua.
Todo
por la lengua. Se creen con derecho a obligar a los contribuyentes a
hablar una lengua, aunque ellos, que pagan los sueldos de los
opresores, no quieran.
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