miércoles, 21 de noviembre de 2012

Eso de ser marqués, o conde

Últimamente parece bastante devaluado eso de que a alguien le hayan quitado la sangre normal para ponerle otra de color azul.
O quizá ya estuvo devaluado desde siempre, pero había que aguantar, porque en España los pobres han de aguantar y aplaudir a los ricos.
La pregunta que surge con estos que tienen la sangre azul es la siguiente: ¿Puede ser innoble un noble? Y mi respuesta sería que sí. Yo diría que sí.
Uno de ellos trató de advenedizo a Adolfo Suárez. La respuesta de éste fue que se había ganado el título a pulso y no lo había heredado, que era el caso de su interpelante. Falta por saber qué hizo para que le dieran el título el antepasado de este sujeto. ¿Acaso alguna fechoría?
Por otro lado, no consta que dijera nada cuando también convirtieron en noble a Carlos Arias Navarro. Los reyes pueden hacer muchas cosas, pero no todas. Que alguien sea noble depende de él mismo, ahora bien, su rey puede hacer que se le trate como a noble.
Ahora hay un conde que se está empequeñeciendo mucho, a pesar de que dicen que es grande de España. Cabe preguntar: ¿grande qué? Porque se trata del conde de godó. Hay que escribirlo con minúsculas, de pequeño que se está haciendo. El Rey quiere que le llamemos grande y él se empeña en ser pequeño. Contra las vocaciones fuertes no se puede luchar.
Y ningún otro conde o marqués, o lo que sea, le dice nada, ni le llama advenedizo, ni ninguna otra cosa que se le pudiera decir.
Tampoco el Rey le dice nada. Y entonces, ¿quién controla a esos de la sangre azul? ¿a qué se dedican los reyes?
Los reyes nacen, crecen, se multiplican, acrecen su fortuna y mueren. Bueno, y también cazan elefeantes.

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