sábado, 24 de noviembre de 2012

Votar a un corrupto

El acto de votar a gente corrupta con la excusa de que los demás también lo son hace mucho daño a la democracia. Es más, es claramente antidemocrático, porque la democracia precisa de la colaboración de todos para poder subsistir.
Si nos comportamos como niñatos lógicamente los corruptos harán lo que les dé la gana y su número crecerá continuamente.
No vale eso que alegan muchos en el sentido de que estar imputado no es estar condenado. Un imputado perjudica a la imagen de su partido y la política no debe ser una profesión, por lo que no debería dudar nadie en esta tesitura y lo consecuente sería dejar sitio a otro.
Es evidente que los españoles no tenemos hábitos democráticos, por la sencilla razón de que nunca hemos tenido democracia. Y de eso se viene aprovechando un número indeterminado de personas, como lo demuestran las continuas acusaciones que se lanzan unos a otros, sin que nunca vaya nadie a la cárcel ni devuelva lo robado. Porque las acusaciones de corrupción no se suelen sustanciar en los tribunales; se conoce que se lo tienen bien montado, aparte de que se han hecho unas leyes a propósito, pero que falta dinero es evidente.
También es público y notorio que los bancos les condonan deudas. Y los bancos no regalan nada. Si les dan algo a los partidos no puede ser más que para recuperarlo con sus intereses.
Los políticos se lo tienen montado de tal manera que puesto que saben en los tribunales nunca va a pasar nada, filtran documentos a la prensa para que sí que pase en la opinión pública. Y le hicieron aquella jugarreta injustificable, y que quedó impune, al juez Marino Barbero, nos dieron a conocer las fechorías cometidas en los casos que investigaba este juez, en el caso Naseiro, en el Gürtel, en el Pretoria, y últimamente con las cuentas en los paraísos fiscales. ¡Qué bochorno este!

No hay comentarios: