sábado, 11 de mayo de 2013

Botella cambia de cesto a dos manzanas

Ya no recuerdo como fue el asunto, pero es fácil de encontrar en la red. La cuestión es que Botella quiso explicar su visión sobre el matrimonio homosexual y para ello no se le ocurrió nada mejor que una metáfora sobre las manzanas y las peras. Para que hasta incluso yo pudiera entenderlo.
Quería demostrar que su lógica es impecable. Con el mismo espíritu didáctico, e idéntica entonación de voz, y con respecto a otras cuestiones, podría haber continuado: Hecha la ley, hecha la trampa. Cuestión aun más lógica, y más basada en la costumbre, que el ejemplo suyo.
Y siguiendo con el razonamiento, podría haber dicho, si no puedo poner esas dos manzanas en este cesto, las pongo en otro. Que sería otra buena metáfora para referirse a esos dos concejales a los que la ley le obliga a destituir.
La buena mujer, en lugar de pedir perdón a los ciudadanos, ha dado una nueva colocación a los dos concejales. Lástima que no pueda hacer lo mismo con todos los que se quedaron sin empleo, no por haberlo obtenido de forma ilegal, sino por otras causas, entre las que cobra importancia relevante la impericia, por no decir otra cosa, de la clase política, entre la cual se empeñado en figurar nuestra heroína de las manzanas y las peras.
Pero la impericia de los políticos españoles es relativa. Para colocar a los amigos y parientes son verdaderos expertos. Y si no hay sitio para ellos se lo inventan. Son muchas las “cestas” las que han inventado los políticos españoles de todos los puntos cardinales.
Y en esas “cestas” no sólo hay manzanas. Hay frutas de todo tipo. Ahora bien, no han sido hechas para que los ciudadanos se las coman y disfruten de la vida, sino para que los contribuyentes las mantengan con sus impuestos.
La lógica, en todos los rincones de España, es que quien manda hace lo que quiere. Con las manzanas, con las peras o con los melones.

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