lunes, 27 de mayo de 2013

El “tema” Aznar

El entrecomillado tiene su justificación en un artículo que escribió Fernando Lázaro Carreter en 1981, titulado El tema. Hacía notar el filólogo que dicha palabra significa obstinación o idea fija, y que su uso estaba restringido a muy pocos casos, pero que en ese momento había desbancado a asunto, expediente, cuestión, proyecto, negocio, propósito y otras muchas voces que no tienen nada que ver entre sí ni con tema.
Del significado de la palabra se entiende que surgiera la frase 'cada loco con su tema'. De su éxito se infiere que el mundo cada vez está más loco. Quizá eso explique las escabrosas relaciones entre los presidentes y los ex presidentes. Ocurrió entre González y Zapatero; cuando el primero se dio cuenta, ¡por fin!, de que el otro era un desastre quiso hablar con él. Zapatero le dijo: Yo te invitaré a comer. Lo hizo en Doñana y había 22 invitados en la mesa. González trató de quitar de en medio a a Zapatero, pero tuvo que darse cuenta de que la manija la tenía éste. La pugna continúa. González consiguió imponer a Rubalcaba, pero Zapatero dejó las cosas de modo que nunca pueda llegar a ser presidente.
Por su parte, Rajoy, desde que fue elegido por el dedo de Aznar sintió el peso de éste sobre su cabeza. Hasta lograr la presidencia no pudo sentirse autónomo con respecto de quien le había elegido. Aznar le impuso la estrategia que tenía que seguir en la oposición y hasta a sus portavoces, Zaplana y Acebes. Rajoy se lo comió todo, con tal de lograr la presidencia, y una vez en ella, trata de quitarse de encima, a su estilo, de los pesos muertos que le agobian. Aznar, contesta, alegando el interés general. Pero el interés general a Aznar le importa tan poco como a Rajoy. Lo que le gusta a Aznar es poner las patas encima de la mesa.

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