jueves, 23 de mayo de 2013

Los bancos y el odio

Se dice que la gente odia a los bancos, cosa que no parece cierta, porque la gente va a los bancos y se fía de los bancos y establece negocios con los bancos en los que tiene todas las de perder.
Algunos despabilados han conseguido engañar a los bancos, pero esos son los menos, lo habitual es lo contrario. La gente invierte en productos bancarios cuyas características desconoce por completo, y lo hace porque se fía de los bancos; y firma hipotecas sin prestar atención a la letra pequeña, esa que se pone en marcha cuando el hipotecado no puede pagar las cuotas. De modo que la gente no odia a los bancos; la gente se lo aguanta todo a los bancos.
¿Y los bancos qué? Pues son los que mandan en España. Los sucesivos gobiernos se desviven por complacerles; el presidente de turno del gobierno come a menudo con los distintos presidentes de los bancos y procura complacerles en todo.
El Banco de España, que debería meter a los bancos en cintura, hace como que hace, de lo cual se deriva la ruina de mucha gente, pero no de los bancos, a los que se da todo el dinero público que haga falta, pero además sin contrapartidas, y se sospecha que a veces se camufla la ayuda, queriendo hacer ver que es al revés. A CaixaBank, por ejemplo. No se lo cree nadie, pero a ellos les da igual.
De modo que de lo que habría que hablar es del odio de los bancos a la gente, porque de otro modo no se entiende tanto sadismo. Ahora se disponen a cobrar, con la aquiescencia del Banco de España, faltaría más, por hacer ingresos. El gobierno mira hacia otra parte. El asunto no va con él. Pero sí que va, puesto que el gobierno vendió los bancos públicos.

No hay comentarios: