lunes, 16 de marzo de 2015

Cuando Morenés hizo el ridículo

Entre las malas costumbres españolas está la de defender la cadena de mando en cualquier trance que presente. Quien protesta, por muy justificada que esté su queja, viene a ser como un apestado para los demás. En España, los 'listos' saben que si quieren hacer carrera han de ser obsecuentes. Incluso para llegar a los ministerios.
Eso es un fracaso de la democracia, sistema político en el que para hacer honor a su nombre la Justicia ha de estar por encima de todo. Estaba UPyD, representada por Irene Lozano, pidiendo justicia y Pedro Morenés calificó su actitud de bajeza moral, por perjudicar el nombre de las Fuerzas Armadas. Se quedaría satisfecho este buen señor de la burrada que había dicho. O sea que quien perjudica el buen nombre de una institución no es, según él, quien actúa incorrectamente, por decirlo de un modo suave, sino quien lo denuncia para que no se repita.
Estaba crecido el hombrecito este que Rajoy ha puesto en el ministerio de Defensa, así que continuó en lo suyo -decir burradas-, al añadir que lo que buscaba su interlocutora era promocionar el libro en el que cuenta la historia de Zaida Cantera. Por cierto, el libro se titula 'No, mi general'. Si se hubiera cortado todo a tiempo, el libro no existiría. El problema de Morenés es que no se cortó a tiempo.
Lo ideal sería que el pueblo español pudiera estar orgulloso de sus Fuerzas Armadas y del ministro de Defensa. O sea, que no pudieran ocurrir cosas de esas y si ocurrieran que el señor ministro diera la talla.
Lo preocupante es que sólo un partido, UPyD, ha dado la cara en esta cuestión, como si los demás la consideraran menor. De modo que menos mal que hay un libro que lo cuenta, porque de otro modo podría pasar totalmente desapercibido.

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