miércoles, 18 de marzo de 2015

De Guindos quita importancia a lo ocurrido con el Banco de Madrid

Se conoce que De Guindos piensa que los demás estamos en el guindo y se dedica, como hace unos días su compañero del gobierno Pedro Morenés, a defender lo indefendible.
Al ciudadano de a pie no le importa saber si el Banco de Madrid es una entidad grande o pequeña, lo que le sobresalta es que el caso ha salido a la luz mediante la intervención de otro país.
El ciudadano de a pie se da cuenta de que está manteniendo con sus impuestos a una numerosísima clase política, más una serie interminable de instituciones y organismos con el fin de que las cosas funcionen bien y resulta que todo eso no sirve para nada, porque las cosas que van mal no se descubren nunca y si se descubren no es por la actuación de quienes debieran, sino por causas siempre ajenas a ellos. Y eso significa que está pagando el sueldo a personas que no hacen su trabajo y que está corriendo riesgos desconocidos, porque no puede fiarse de la protección que teóricamente le brindan las leyes y los reglamentos, puesto que nadie vigila su cumplimiento.
De Guindos hace como aquel al que le señalan una catástrofe producida por un bache y en lugar de prometer que lo arreglará y comprobará si hay más baches, señala a las nubes y se pone a disertar sobre sus nombres, formas y coloridos. Y se creerá que nos cae la baba oyéndole hablar.
El ciudadano de a pie que tiene conciencia de las cosas y carece de intereses relacionados con la política se da cuenta de que en todo el espectro político español sólo hay un partido que trata a los ciudadanos como personas adultas y responsables. Los demás partidos se limitan a los eslóganes y las consignas. De hecho, un comentarista político ha tildado de patinazo que UPyD pida que Rato vaya a la cárcel. O sea que las simpatías y los caprichos están por encima de la justicia.

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