domingo, 8 de marzo de 2015

Hoy, 8 de marzo de 2015

Queda mucho por hacer, evidentemente, en el caso del feminismo. Todavía hay mucho machismo en nuestra sociedad. Incluso lo hay en mujeres que se dicen feministas, porque no tienen bien asimilado el concepto.
Muchas creen que por el hecho de ser mujer ya se pueden considerar feministas, y no es así. Del mismo que muchos piensan que el feminismo es un ataque a los derechos del hombre. Un conocido preparador físico, ante la insinuación de la entrevistadora de que algunas de sus respuestas podían considerarse machistas, respondió: es que yo soy machista.
Ser feminista, como ser demócrata, y tantas otras cosas aconsejables consiste en querer actuar con justicia. O sea, es una actitud que se adopta por convencimiento, no es algo con lo que se nace. El faminismo hay que entenderlo partiendo de la base de que la historia de la humanidad se asienta en la injusticia de considerar a la mujer como inferior al hombre, lo cual quizá venga a explicar tanta atrocidad histórica.
Si la humanidad hubiera tenido más interés en actuar de forma justa nos habríamos ahorrado mucho sufrimiento. Por tanto, hay que entender que el feminismo se basa en el deseo de justicia y el machismo en la prevalencia del fuerte sobre el débil. A partir de este punto queda claro que todas aquellas personas que abusan de su situación ventajosa para humillar, vejar o abusar de otras personas pueden considerarse machistas. Aquellas otras que antes de castigar o insultar consideran las dudas que presenta el caso y si no las pueden resolver se abstienen entran de lleno en la categoría de feministas.
En cualquier caso, el día de hoy sirve para recordar a aquellas señoras heroicas que hicieron lo posible para que al día de hoy las cosas hayan mejorado mucho para las mujeres. Hubo un tiempo en que las señoras tuvieron que armarse de valor y a menudo perder sus vidas para reclamar sus derechos.

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