jueves, 5 de marzo de 2015

Nueva versión de las dos Españas

Hubo una ocasión para abrazar definitivamente la cordura y establecer la paz, al menos entre españoles, para los siglos venideros. Sin ir más lejos, los redactores de la Constitución pensaron que iba a haber solidaridad entre las Comunidades Autónomas y que la división entre derechas e izquierdas quedaría poco más o menos en una cuestión técnica.
Cada uno de los de izquierdas o derechas podía pensar que su modo de abordar los problemas es el mejor para la mayoría, pero reconociendo ambos las buenas intenciones de los rivales ideológicos. Pero las cosas no son exactamente así. En cierta ocasión la actriz Vanessa Redgrave dijo que los de derechas se caracterizan por su bajeza, mientras que en la izquierda impera el resentimiento.
Por motivos históricos, el egoísmo, el rencor, el odio, el resentimiento, o la picardía, tienen más arraigo que en otras partes. Lo de la solidaridad entre las Comunidades Autónomas ya se vio enseguida que no iba a ser. En todo caso, lo que hay es complicidad en los comportamientos desleales, cuando no delictivos.
Por otro lado, la explotación de las bajas pasiones da mucho juego en política, cosa que no iba a ser desaprovechada por la clase política, a la que se han sumado nuevos comensales. El deseo de vivir a costa de los impuestos de los trabajadores es típico en España.
La irrupción de Podemos en el panorama político español ha generado un nuevo concepto de las dos Españas. Por un lado están los que perciben claramente que eso es el timo de la estampita, u otro peor. Que las proclamas que hacen no hay por donde cogerlas. Todo suena a engaño y filfa. Y en la otra España están los que se empeñan en no ver. Los que por más evidencias que se pongan ante sus ojos más firmes se muestran en su intención de votar a este partido que tan bien le cae a Maduro.
 

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