lunes, 30 de marzo de 2015

Supongamos que Rosa dimite

La imaginación lo permite todo; por tanto, se puede suponer que Carlos Martínez Gorriarán toma del brazo a Rosa y le dice: ¡Vayámonos!, dejemos que el partido ruede solo. Y lo hacen. ¿Qué ocurriría entonces?
Siguiendo con la suposiciones, se puede imaginar que la nueva directiva de UPyD decide seguir con la misma línea de actuación y además tiene la suerte de que su nuevo líder sea un gran parlamentario que sepa defender sus ideas. ¿Cree alguien que cesarían los ataques a UPyD?
Otro supuesto. Rosa sigue, pero acepta que UPyD sea absorbido por Ciudadanos, pasando ella a la segunda fila, puesto que Albert Rivera se ha comprometido por escrito a aceptar los principios de UPyD y sus objetivos. O sea, que Ciudadanos exigiría la independencia judicial, asumiría la querella contra Bankia y se comprometería, dados sus mayores recursos financieros, a poner unas cuantas más. ¿Cree alguien que se le consentiría a Ciudadanos lo que no se le consiente a UPyD?
Abundan los que hablan de paranoias, pero conviene recordar que a Covite se le ha intentado dinamitar desde dentro. Y destacados dirigentes del PP han lanzado insidias contra esta asociación, porque no tolera que se mangonee con la memoria de las víctimas del terrorismo. ¿También es paranoia decir esto?
UPyD tampoco permite que se mangonee con la memoria de las víctimas del terrorismo. UPyD y Covite no tienen nada que ver uno con el otro, pero como coinciden en el respeto a las víctimas del terrorismo se ha llegado a decir que Covite es un apéndice de UPyD. Protestar por eso también puede ser considerado como paranoia.
El odio que se le tiene a Rosa Díez, que tanto bien ha hecho a España, hace pensar que se trata de una mujer excepcional. Espero que a ella no le pase lo mismo que a Adolfo Suárez. Ojalá su salud no se resienta por tanto ataque furibundo.

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