En la instrucción del juez Baltasar Garzón hay unos leves indicios que inculpan a Francisco Camps, de los que es muy posible que al final quede totalmente absuelto. Abona este último supuesto el hecho de que El País insiste una y otra vez el intento de enturbiar su figura. No ocurriría lo mismo si las pruebas de su culpabilidad fueran evidentes.
Pero aunque Francisco Camps resulte absuelto, puede que su carrera política quede gravemente dañada y ya no pueda volver a presentarse a otras elecciones. Nada de esto hubiera ocurrido si todo el proceso judicial se hubiera desarrollado del modo previsto por la ley. Pero El País fue filtrando gota a gota toda esa información que no debió salir del juzgado. Y todavía no se sabe quien fue el culpable de la filtración. Así funciona la justicia.
En el día de hoy, en un editorial, El País insiste en que Francisco Camps debe acreditar el pago de los trajes, cuando es el acusador quien debe probar su acusación. Pero es que además, el editorialista afirma que para defender al presidente valenciano, se intenta desacreditar al juez y al testigo.
Si no se hubiera filtrado nada, no ocurría lo que dice. El nombre de Francisco Camps no aparecería mientras los cargos no fueran firmes. Cabe la posibilidad de que el sastre, o lo que sea, no hubiera perdido su empleo. Baltasar Garzón, por su parte, no necesita que nadie le desacredite. Él ya hace lo que puede para aparecer en los medios, por cualquier motivo, cuando no es por una cacería, es por una filtración y cuando no es por ninguna de las dos cosas, es por unos honorarios no declarados al CGPJ.
Pero aunque Francisco Camps resulte absuelto, puede que su carrera política quede gravemente dañada y ya no pueda volver a presentarse a otras elecciones. Nada de esto hubiera ocurrido si todo el proceso judicial se hubiera desarrollado del modo previsto por la ley. Pero El País fue filtrando gota a gota toda esa información que no debió salir del juzgado. Y todavía no se sabe quien fue el culpable de la filtración. Así funciona la justicia.
En el día de hoy, en un editorial, El País insiste en que Francisco Camps debe acreditar el pago de los trajes, cuando es el acusador quien debe probar su acusación. Pero es que además, el editorialista afirma que para defender al presidente valenciano, se intenta desacreditar al juez y al testigo.
Si no se hubiera filtrado nada, no ocurría lo que dice. El nombre de Francisco Camps no aparecería mientras los cargos no fueran firmes. Cabe la posibilidad de que el sastre, o lo que sea, no hubiera perdido su empleo. Baltasar Garzón, por su parte, no necesita que nadie le desacredite. Él ya hace lo que puede para aparecer en los medios, por cualquier motivo, cuando no es por una cacería, es por una filtración y cuando no es por ninguna de las dos cosas, es por unos honorarios no declarados al CGPJ.
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