Había encontrado un filón María José Pou en Alejandro Font de Mora y sus estupideces con respecto a la Educación para la Ciudadanía, cuando de pronto ha dado con otro que presumiblemente le dará más juego todavía. Y eso que lo Font de Mora con el inglés y con el chino es realmente bárbaro. Pero Alfonso Rus tiene condiciones para superarle por mucho.
Por de pronto, y a la vista de las continuas filtraciones del caso Gürtel, en algunas de las cuales ha aparecido el nombre de Francisco Camps, le ha dado por proponer una manifestación en apoyo de éste. Algo así no se le hubiera podido ocurrir a Rafael Blasco. Por otra parte, los chaqueteros que pululan en torno a Camps deben de estar mirando inquietos a Rus, preguntándose si no planeará removerle el sitio a alguno.
María José Pou más de un motivo en Alfonso Rus para llenar su artículo diario y más en este caso tan significativo en que el agraviado no es Camps (aunque sea él quien se haya molestado e invocado a una serie de personajes que no tienen nada que ver con la cuestión), sino el pueblo valenciano. Lo que debería hacer Camps es desagraviar a los valencianos, demostrando que todas las imputaciones son falsas. Aunque no parece que las pruebas contra Camps sean serias, no es correcto que se pretenda utilizar a los ciudadanos para justificarlo.
En esta partitocracia, o dictadura de los partidos, que padecemos estas cosas son posibles. Los ciudadanos no son más que meros súbditos de los políticos y, así, alguien como Alfonso Rus, con todo el descaro, propone lo que propone.
Lo que debería hacer Camps es recortar drásticamente los gastos, eliminar algunas consejerías, tomar la misma medida con las diputaciones, suprimir los organismos que sólo sirven para tener a sueldo a ciertos intelectuales, despedir a todos los consejeros áulicos, poner freno al derroche en la televisión. Estamos en crisis.
Por de pronto, y a la vista de las continuas filtraciones del caso Gürtel, en algunas de las cuales ha aparecido el nombre de Francisco Camps, le ha dado por proponer una manifestación en apoyo de éste. Algo así no se le hubiera podido ocurrir a Rafael Blasco. Por otra parte, los chaqueteros que pululan en torno a Camps deben de estar mirando inquietos a Rus, preguntándose si no planeará removerle el sitio a alguno.
María José Pou más de un motivo en Alfonso Rus para llenar su artículo diario y más en este caso tan significativo en que el agraviado no es Camps (aunque sea él quien se haya molestado e invocado a una serie de personajes que no tienen nada que ver con la cuestión), sino el pueblo valenciano. Lo que debería hacer Camps es desagraviar a los valencianos, demostrando que todas las imputaciones son falsas. Aunque no parece que las pruebas contra Camps sean serias, no es correcto que se pretenda utilizar a los ciudadanos para justificarlo.
En esta partitocracia, o dictadura de los partidos, que padecemos estas cosas son posibles. Los ciudadanos no son más que meros súbditos de los políticos y, así, alguien como Alfonso Rus, con todo el descaro, propone lo que propone.
Lo que debería hacer Camps es recortar drásticamente los gastos, eliminar algunas consejerías, tomar la misma medida con las diputaciones, suprimir los organismos que sólo sirven para tener a sueldo a ciertos intelectuales, despedir a todos los consejeros áulicos, poner freno al derroche en la televisión. Estamos en crisis.
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