La difusión universal de la droga y la aceptación social del aborto, fueron las dos mayores catástrofes del siglo XX para Julián Marías. Ambas cosas originadas por el egoísmo, esa amenaza siempre latente.
El narcotráfico está teóricamente muy perseguido, se intenta denodadamente impedir el blanqueo del dinero. Sin embargo, la droga mueve más dinero cada vez. Cabe pensar que con las campañas para perseguir el blanqueo, o con las propias investigaciones policiales, los grandes narcotraficantes que se capturan son, como mucho, de cuarta o quinta fila. El dinero de la droga llega perfectamente blanqueado y listo para hacer de las suyas.
El dinero del narcotráfico podría perfectamente desestabilizar cualquier país, con lo cual la lucha la droga puede consistir perfectamente en hacer como que hacen. Resulta peligroso soliviantar a quienes se enriquecen mediante la destrucción de millones de vidas.
Ese hacer como que se hace, ese hacer como que se vigila es lo que ha propiciado la crisis. Sólo puede achacarse al egoísmo el hecho de que haya una serie de paraísos fiscales en los que se refugia el dinero obtenido fraudulentamente, para luego conveniente disfrazado con ropajes honorables siga comportándose de forma absolutamente egoísta, condicionando la política del mundo entero.
Ahora se dice que se va a acabar con esos paraísos fiscales, pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Si realmente ocurriera así, podría decirse que la crisis ha valido la pena. Pero el hecho de que desaparezcan estos centros operativos del dinero fraudulento no significa que ya esté todo hecho. Seguro que los grandes capitalistas del narcotráfico, encuentran en las empresas legales de su propiedad el modo de camuflar y vestir con los ropajes de la inocencia a “su” dinero, nacido de la desgracia de muchos. Pero si se legalizara la droga aun tendríamos que soportar que se condecorara a estos tipos.
El narcotráfico está teóricamente muy perseguido, se intenta denodadamente impedir el blanqueo del dinero. Sin embargo, la droga mueve más dinero cada vez. Cabe pensar que con las campañas para perseguir el blanqueo, o con las propias investigaciones policiales, los grandes narcotraficantes que se capturan son, como mucho, de cuarta o quinta fila. El dinero de la droga llega perfectamente blanqueado y listo para hacer de las suyas.
El dinero del narcotráfico podría perfectamente desestabilizar cualquier país, con lo cual la lucha la droga puede consistir perfectamente en hacer como que hacen. Resulta peligroso soliviantar a quienes se enriquecen mediante la destrucción de millones de vidas.
Ese hacer como que se hace, ese hacer como que se vigila es lo que ha propiciado la crisis. Sólo puede achacarse al egoísmo el hecho de que haya una serie de paraísos fiscales en los que se refugia el dinero obtenido fraudulentamente, para luego conveniente disfrazado con ropajes honorables siga comportándose de forma absolutamente egoísta, condicionando la política del mundo entero.
Ahora se dice que se va a acabar con esos paraísos fiscales, pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Si realmente ocurriera así, podría decirse que la crisis ha valido la pena. Pero el hecho de que desaparezcan estos centros operativos del dinero fraudulento no significa que ya esté todo hecho. Seguro que los grandes capitalistas del narcotráfico, encuentran en las empresas legales de su propiedad el modo de camuflar y vestir con los ropajes de la inocencia a “su” dinero, nacido de la desgracia de muchos. Pero si se legalizara la droga aun tendríamos que soportar que se condecorara a estos tipos.
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