Quizá no sea descabellado pensar, dados los antecedentes, que lo quisiera el próximo presidente de los vascos es tratar del peor modo que pudiera, siempre que ello no supusiera la ruptura del pacto, al PP, y juguetear con el PNV, y de este modo arrebatarles votos a los dos partidos.
Lo que ocurre es que el PNV no se va a dejar, al contrario que el PP se juega la supervivencia. Tanto el PP como el PSOE pueden permitirse el lujo de perder unos cuantos escaños, sin que se ponga en peligro la existencia del partido. Para el PNV, en cambio, perder cinco escaños sería algo así como una debacle. Cabe augurar que el PNV peleará cada uno de los votos, sean cuales sean, a cara de perro. Ese partido pondrá mucho cuidado en no caer en ninguna trampa.
Por su parte, el PP sabe que el PSE va a tener más necesidad de su apoyo del que quisiera. Y no sólo va a precisar esta ayuda, sino también la que más odia, la de UPyD. Vienen tiempos duros para estos partidos en el País Vasco y van a necesitar de todo el apoyo mutuo, de toda la firmeza de la que sean capaces.
ETA, que guardaba un lógico silencio, ya ha vuelto por donde solía, o sea, amenazando. La banda etarra es la que presumiblemente debe desaparecer en esta legislatura, y ojalá se consiga. Por tanto, está obligada a medir sus pasos y calibrar las consecuencias de los que dé. Las actividades que puede llevar a cabo la banda se circunscriben al asesinato, el secuestro y la amenaza. Ahora bien, tiene que plantear las cosas de modo que los infames que la toleran o apoyan no sientan asco. Tiene que intentar mantener el apoyo social con que cuenta. ¿Ayudará el PNV a que lo pierda?
Lo que ocurre es que el PNV no se va a dejar, al contrario que el PP se juega la supervivencia. Tanto el PP como el PSOE pueden permitirse el lujo de perder unos cuantos escaños, sin que se ponga en peligro la existencia del partido. Para el PNV, en cambio, perder cinco escaños sería algo así como una debacle. Cabe augurar que el PNV peleará cada uno de los votos, sean cuales sean, a cara de perro. Ese partido pondrá mucho cuidado en no caer en ninguna trampa.
Por su parte, el PP sabe que el PSE va a tener más necesidad de su apoyo del que quisiera. Y no sólo va a precisar esta ayuda, sino también la que más odia, la de UPyD. Vienen tiempos duros para estos partidos en el País Vasco y van a necesitar de todo el apoyo mutuo, de toda la firmeza de la que sean capaces.
ETA, que guardaba un lógico silencio, ya ha vuelto por donde solía, o sea, amenazando. La banda etarra es la que presumiblemente debe desaparecer en esta legislatura, y ojalá se consiga. Por tanto, está obligada a medir sus pasos y calibrar las consecuencias de los que dé. Las actividades que puede llevar a cabo la banda se circunscriben al asesinato, el secuestro y la amenaza. Ahora bien, tiene que plantear las cosas de modo que los infames que la toleran o apoyan no sientan asco. Tiene que intentar mantener el apoyo social con que cuenta. ¿Ayudará el PNV a que lo pierda?
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