De nuevo Tardà enseñó su rostro en el Congreso, dejó claro cuál es la altura a la que vuela, buscó enemigos, como siempre, porque nada une más que el odio. Contra Aznar ERC vivía mejor. Pero Tardà debería saber que en su partido las habas están contadas. Al menos, así lo cuenta Pilar Rahola en La Vanguardia, en un artículo titulado El rey sol.
Quien manda en ERC es Joan Puigcercós. Y tal como cuenta las cosas la columnista, cabe deducir que el futuro de Tardà en el partido depende de lo insignificante que le parezca a su líder. En el momento en que lo presienta como un peligro se deshará de él. En este punto habría que recordar al Di Stefano, que era toro en su corral y torazo en el ajeno.
Por otro lado, el artículo de Pilar Rahola viene a demostrar una vez más que la partitocracia española, que algunos llaman democracia, sirve para que los políticos medren y para que los partidos ejerzan su tiranía sobre la población. Todos los partidos, en la medida en que les es posible, tratan de conducir hacia donde a ellos les parece a quienes bajo su influencia. Los políticos de hoy están empeñados en que la gente no tenga ideas, sino ideologías. Eso de que son servidores públicos no es más que una figura retórica.
Volviendo a los tales Puigcercós y Tardà, citados por orden de importancia, y teniendo en cuenta sus afirmaciones de que la sociedad española está enferma y su alusión al rancio españolismo, cabe preguntarse por los motivos por los que hay catalanes que votan por este partido. Es sabido que lo políticamente correcto hoy en día en Cataluña es ser nacionalista. Pero en Cataluña hay otras posibilidades para votar, con las que también se puede evitar el ser tildado de espanyol.
Quien manda en ERC es Joan Puigcercós. Y tal como cuenta las cosas la columnista, cabe deducir que el futuro de Tardà en el partido depende de lo insignificante que le parezca a su líder. En el momento en que lo presienta como un peligro se deshará de él. En este punto habría que recordar al Di Stefano, que era toro en su corral y torazo en el ajeno.
Por otro lado, el artículo de Pilar Rahola viene a demostrar una vez más que la partitocracia española, que algunos llaman democracia, sirve para que los políticos medren y para que los partidos ejerzan su tiranía sobre la población. Todos los partidos, en la medida en que les es posible, tratan de conducir hacia donde a ellos les parece a quienes bajo su influencia. Los políticos de hoy están empeñados en que la gente no tenga ideas, sino ideologías. Eso de que son servidores públicos no es más que una figura retórica.
Volviendo a los tales Puigcercós y Tardà, citados por orden de importancia, y teniendo en cuenta sus afirmaciones de que la sociedad española está enferma y su alusión al rancio españolismo, cabe preguntarse por los motivos por los que hay catalanes que votan por este partido. Es sabido que lo políticamente correcto hoy en día en Cataluña es ser nacionalista. Pero en Cataluña hay otras posibilidades para votar, con las que también se puede evitar el ser tildado de espanyol.
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