En unas declaraciones publicadas por el diario La Vanguardia con el titular “Boi Ruiz: No hay ninguna alternativa: no hay dinero”, el consejero de Salud de la Generalidad de Cataluña, dijo, entre otras cosas, “España nos obliga a cumplir y a no generar un déficit superior al 1,3% del PIB.” Podría haberse referido al gobierno central, pero dijo España, y eso que en otra parte de la entrevista afirma que no sabe comunicar, pero en este caso bien ha sabido buscar las palabras.
Conviene explicar una vez más, a la vista de la experiencia, que los criterios para establecer la financiación de la Sanidad a la distintas Comunidades Autónomas son variables y a menudo impredecibles y, además, los negociadores españoles con la Unión Europea sobre este aspecto fueron algo descuidados.
El consejero de Sanidad de la Comunidad Valenciana, por ejemplo, dice que ésta es la que la sale peor parada de todas en el reparto de estos fondos. Han llegado muchos inmigrantes a España y con ello, presumiblemente, se han alterado los censos que sirvieron como base. También llegan muchos turistas y algunos tienen la mala suerte de ponerse enfermos durante sus vacaciones y otros vienen adrede, aprovechando el Tratado con la Unión Europea, a ponerse en manos de los cirujanos españoles. Otras Comunidades Autónomas alegan que el promedio de edad de quienes residen en ellas es mayor que el resto, lo que significa que precisan más cuidados médicos.
De todo esto resulta que las competencias de la Sanidad no debieron ser transferidas, pues es imposible hacer un reparto adecuado. Si se consigue que lo sea en un momento dado, poco tiempo después dejará de serlo.
Pero lo que esto pone de relieve, por encima de todo lo demás, es que la irresponsabilidad y la incompetencia de nuestra clase política, que ha surgido del hecho de que nuestra democracia no es tal, sino una dictadura de partidos, está poniendo en grave peligro nuestro estado del bienestar. Y la salud de quienes tengan la desgracia de caer enfermos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario