El ex presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha escrito un artículo en El País titulado ETA: lo que queda es atreverse, en el que incurre en varios errores; cosa lógica, por otra parte, cuando, como suele hacer la clase política española, lo que se intenta es llevar el agua a su molino. Cosa pueril, puesto que la crítica objetiva resulta más creíble.
Uno de los muchos errores de Rodríguez Ibarra en este artículo, es imposible comentarlos todos, consiste en que se refiera al sistema político español como democracia, cuando él sabe perfectamente que el poder en España está concentrado en unas pocas manos. La Justicia no es enteramente independiente y sin este requisito no cabe hablar de democracia. Hay mucho por hacer para que llegue a serlo.
Otro de los errores es que en democracia, y en lo que respecta a ETA, lo mejor es pegarse al gobierno. No se le ocurre pensar que si las cosas no son exactamente así será por algo. En democracia, los ciudadanos vigilan al gobierno, para que no se salgan de lo correcto. Ningún gobierno, de derechas o de izquierdas, debió negociar con ETA. Ni ha de ser ningún gobierno el que derrote a la banda, sino la sociedad entera. Lo que pasa es que los políticos son débiles y no resisten a la tentación de arañar un voto por los medios que sean, e incluso de acabar con la banda utilizando sus mismas armas: todavía sobrevuela una X. La referencia de Rodríguez Ibarra a las “víctimas futuras”, pasando por encima de las víctimas reales no es muy afortunada, para decirlo suavemente.
Alega que el desorden financiero mundial “metió” a casi todas las economías occidentales en crisis, obviando que la crisis española tiene características propias, y que hemos caído en ella gracias a la impericia de nuestra clase política, en la que tiene un papel muy destacado su defendido Zapatero. Dice que saldremos de ella y eso no es cierto. Las cosas tardarán mucho en volver a ser como fueron, si es que vuelven. Y lo de que Zapatero ha encarrilado la crisis es extremadamente optimista, ¡qué más quisiéramos que fuera así!
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