Alfredo Pérez Rubalcaba dijo en la rueda de prensa que está dispuesto a arriesgarse y vaticinar que a partir de ahora la economía española comenzará a crear empleo. Pero esto es un brindis al sol. ¿Qué ocurrirá, si como es probable, no acierta?
Eugenio Martín Rubio, aquel célebre hombre del tiempo, vaticinó en su día que luciría el sol durante el siguiente fin de semana y que apostaba su bigote a que ocurría así. Y se lo afeitó. Pero en lo que respecta a Rubalcaba, mejor que no se afeite.
Ahora bien, la falta de respeto de los políticos españoles a los ciudadanos entra en el terreno de lo patológico. ¿Cómo se le ocurre a todo un vicepresidente del gobierno decir tantas tonterías con lo angustiado que está el personal?
Pero no sólo es él, el inefable Esteban González Pons ha afirmado que la causa del paro es Zapatero y no la burbuja inmobiliaria. Es que del hinchado de la burbuja también es responsable el PP, que gobierna en algunas Autonomías y en gran número de municipios. Eso se llama escurrir el bulto, o cargarle el mochuelo a otro. Luego, quizá se atreva a hablar de responsabilidad para salir de la crisis. Que explique cuál es la deuda de cada uno de los lugares en los que gobierna el PP y cómo se ha llegado a ella.
Por parte del gobierno, si Rubalcaba falta al respeto a los ciudadanos, lo de Valeriano Gómez -ocho de cada diez despidos se han producido al amparo de una ley aprobada siendo ministro el señor Rajoy'- pone de relieve que aquí cualquiera puede ser ministro. Blanco, Pajín, Aído, Gómez, etc., han dado días de gloria a España. Como el propio Zapatero, al que ya le quieren cargar, como se ha visto, más culpas de las que tiene.
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