José María Aznar sangra por la herida, no acaba de digerir la derrota que sufrió el PP por culpa suya. La forma en que dilapidó en su segundo mandato el prestigio que había logrado en el primero viene a demostrar que éste era inmerecido. Desde que perdió, cada vez que habla hace pensar que no busca favorecer a España y ni siquiera a su partido, sino vengar aquella derrota que no supo prever.
Lo que ocurre es que hasta dentro de lo malo hay clases y Pepiño y Zapatero son peores. Pepiño saca una frase, desafortunada, eso sí, de contexto y la desvirtúa de forma ramplona. Aznar nunca debió dar tratamiento de amigo a Gadafi; ahora bien, descontado ese desliz, tiene razón. ¿Qué hace España en esa guerra en la que no tiene nada que ganar, va a gastar mucho dinero y encima a perder inversiones que probablemente recaerán en Francia? Aznar no debió vincularse con Bush en la invasión de Iraq, pero en la cuestión de Libia Zapatero ha demostrado que está en babia. Y Rajoy también. Cae en todas las trampas, las que le ponen gentes de su partido gentes del gobierno.
Que Zapatero tilde de antipatriota a Aznar por criticar la situación económica también tiene narices. Si Zapatero fuera un gran gestor tendría prestigio y nada de lo que dijera Aznar sería tenido en cuenta, pero ocurre lo contrario: Nadie en el mundo cree en Zapatero, salvo unas cuantas personas que confían en él simplemente porque se emboza con la capa socialista. Pero el hecho de que sea socialista no debería disimular que es el principal culpable de la catástrofe que ha llevado a la ruina definitiva a tanta gente. Por algo será que en el mundo le hacen más caso a Aznar que a Zapatero.
Este asunto se trató anoche de forma fugaz, porque había muchos asuntos para comentar y muy poco tiempo para ello, en la tertulia de Radio Express en la que intervine.
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