Las opiniones de Vargas Llosa tienen poca incidencia en los votantes peruanos, y tampoco es probable que tuvieran mucha en otro país, en España, por ejemplo. Sus opiniones son racionales y la gente suele votar de forma emocional, cosa que además fomentan los propios políticos: saben, en Perú y en España, que si los votantes se volvieran racionales la mayor parte de ellos, los políticos, tendrían que dedicarse a otra cosa.
Parece ser, por otra parte, que nadie en Lima reconoce haber votado por alguno de los dos finalistas a las elecciones presidenciales, lo que vendría a indicar que quienes lo han hecho no se atreven a decirlo. Tampoco puede que quepa ninguna duda de que ha ganado el voto vengativo, quienes han votado por esos dos quieren castigar a las clases pudientes peruanas, aunque ellos también salgan perdiendo. Perú va a sufrir un retroceso sea quien sea el vencedor final. El citado Vargas ya lo explicó gráficamente al decir que tener que elegir entre ellos sería como optar entre dos graves enfermedades, una más que la otra.
Pero en lo que se refiere a la segunda vuelta, discrepo de Vargas Llosa. Según algunas informaciones, se plantea votar por Ollanta Humala, y en el caso de que sea cierto, es evidente que trata de evitar el triunfo de Keiko Fujimori. Pero yo creo que es mejor el voto en blanco, dado que en Perú es obligatorio votar. Quienes voten en blanco, sean pocos o muchos, dejan claro que no apoyan a ninguno de los dos candidatos. Lógicamente, ambos, Humala y Fujimori, tratarán de atraer, quizá con engaños, a los votantes de Toledo, Castañeda y Kuczysnki. Estos tres serán malos, porque no supieron ver lo que se avecinaba y, por tanto, no se pusieron de acuerdo para que renunciaran dos de ellos, pero sus convicciones democráticas son mucho más fuertes que las de los dos finalistas. No deberían colaborar con ellos puesto que el riesgo es muy grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario