Le
gusta tanto salir en los medios que cualquier suceso que contribuya a
ello debe de considerarlo como un premio en alguna rifa o sorteo.
En
la política española hay muchos sociópatas, no afirmo y ni
siquiera insinúo que Esteban González Pons lo sea, y mucha gente
infantil a la que le gusta mucho salir en la tele. Lo de los
sociópatas se debe a un mero cálculo: Su número oscila entre el
uno y el tres por ciento de la población y acuden todos a dónde
pueden lograr poder. Lo de la gente infantil se debe a la mera
observación y al hecho de que para medrar en la política española
sólo se necesite saber hacer la pelota.
En
lo que respecta al personaje de hoy, tan satisfecho como puede
imaginarse de que apareciera una serpiente en su balcón, ignoro si
alguna vez ha dicho algo de provecho. No alumbra ideas, sino
titulares de prensa. Quizá el más sonado fue aquel en el que
manifestó que iba a hacer un urbanismo sandía, verde por fuera y
rojo por dentro. Y se quedó tan ancho y satisfecho. (Pobre
serpiente. Se metió en la boca del lobo. Afortunadamente para ella
no la cazó su anfitrión, sino que pidió refuerzos y allá que
fueron los de alguna brigada especial.) De la sandía ni se acuerda y
del urbanismo no queda ni señal. Ni siquiera el señorito Camps está
por ahí ya, sino viviendo de renta.
Últimamente,
González Pons, que quiere que se hable de él, y en ello estamos, y
probablemente no le importa si es bien o mal, ofendió a las víctimas
del terrorismo, y al resto de españoles que pagamos impuestos, al
afirmar que se le revuelven las tripas por el hecho de que suelten a
un etarra, pero que es la ley.
Es
uno de los responsables de la AVL, que tanto dinero nos cuesta y tan
innecesaria es.
No hay comentarios:
Publicar un comentario