Eso
dice un pájaro al que van a soltar, o quizá lo han soltado ya.
Bueno, en realidad, el pájaro es muy generoso según con quién. Con
sus víctimas, desde luego, no. Con sus semejantes, sí. Por eso no
les ha dicho gracias, sino mil gracias.
Afortunadamente,
yo no comulgo con esa estrambótica idea de Euskal Herria, ni tengo
nada que ver con los etarras, ni con los cómplices, conscientes o
inconscientes, de los etarras. De modo que el pájaro ese ni me ha
dado las gracias, ni se las acepto.
Dicen
que lo han soltado por “dignidad”, cosa que me deja perplejo. Yo
creía que tiene dignidad quien está dispuesto a pagar un precio por
ella. Por ejemplo, José Romeu fue ahorcado por las tropas de
Napoleón por negarse a traicionar sus principios. Pero pueden haber
otras versiones, o modos de ver las cosas. Humpty Dumpty tiene otra
explicación: “Cuando yo empleo una palabra significa lo que yo
quiero que signifique. ”
A
la dignidad también se la asocia con motivos salariales: merece un
sueldo digno. En este caso se trataría de uno como el que se le paga
a Zaplana en Telefónica. Pero Paco Umbral solía emplear la frase
“digno como un pobre”, lo que lleva a pensar en esa gente que con
un mísero sueldo sabe vivir con dignidad. De modo que se puede tener
un sueldo miserable y ser digno, o tener un sueldo digno y ser un
miserable, y no pienso en Zaplana, ni en nadie en concreto al
escribir esto.
De
modo que al pájaro, que simuló una huelga de hambre, lo han soltado
por dignidad. ¿Fue digno el simulacro de la huelga de hambre? ¿Es
digno lo que ha dicho al recibir la noticia?
Evidentemente,
España necesita un cambio profundo. En las actuales circunstancias
está a merced de los depredadores. Y los hay de todo tipo.
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