Del
mismo modo que quienes se empeñan en disculpar a Fidel Castro o Hugo
Chávez, por citar a dos personajes nefastos elegidos de entre un
amplio elenco, saben encontrar motivos para justificar sus desmanes,
no reviste ninguna dificultad, para quienes lo desean, criticar al
hombre más rico de España, aunque la causa sea un donativo de 20
millones de euros a Cáritas.
Una
de las cosas por las que se le critica es que porque dicen que tiene
fábricas en países en los que la explotación laboral es un hecho.
Se olvidan quienes critican este hecho ciertamente reprobable, en el
caso de que sea cierto, de que grandes multitudes compran los
productos fabricados en esos países, y a éstas no se les ocurre
criticarlas. La cuestión es la siguiente: si nadie comprara
productos procedentes de países en los que los trabajadores no
tienen derechos ni seguridad social ni Amancio Ortega, ni ningún
otro empresario instalarían sus factorías en ellos. Si los países
democráticos impusieran sus condiciones para permitir la entrada de
productos en ellos tampoco podría hacerse. Así que no queda más
remedio que entender que vivimos en el reino de la hipocresía, en el
que se puede criticar el salvajismo de las corridas de toros mientras
se zampa una langosta cocida viva, una dorada pescada con caña, o se
unta el pan con foie gras. Se critican ciertas cosas, pero no se hace
nada para evitar que ocurran.
Ignoro,
por otra parte, en el caso de que sea cierto que tiene fábricas en
esos lugares, si lo hace por codicia u obligado por la competencia.
En
cualquier caso el donativo es un gesto maravilloso. Hay mucha gente
desesperada, porque no tiene salida. La clase política, que es la
que tiene la sartén por el mango, va a la suya, que, en resumidas
cuentas, viene a consistir en delimitar el campo de lo políticamente
correcto. Eso, mientras la gente se muere de hambre o se suicida.
Gracias
a Amancio Ortega habrá un poco menos de hambre.
'¿Estás bien?'
'Imagino historias fantásticas'
'Las fabulosas aventuras del caballero Zifar'
'El primer viaje de nuestra vida'
'La amante imperfecta'
'De Laura y otras muertes'
'Hasta los cuervos picotean las cerezas'
'La energía después de Fukushima'
'Imagino historias fantásticas'
'Las fabulosas aventuras del caballero Zifar'
'El primer viaje de nuestra vida'
'La amante imperfecta'
'De Laura y otras muertes'
'Hasta los cuervos picotean las cerezas'
'La energía después de Fukushima'
1 comentario:
Ciertamente Amancio Ortega puede ser una bellisima persona, pero lo que representa no.
Su imperio se basa en la explotación de los trabajadores, primero españoles, no cumpliendo con las leyes laborales, que si cumplian su competencia ya arruinada. Y ahora en el tercer mundo. No tadas las formas de hacerse rico valen.
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