He
escuchado y leído críticas a UPyD muy furibundas de gente de fuera
de la política, y tal vez sea así porque se espera mucho de este
partido y no se tiene en cuenta que participa en el mismo sistema que
todos y que éste ya no da más de sí.
Lo
que asombra no es que gente de la calle critique a UPyD, sino que que
no lo hagan, y con tanta virulencia, políticos del PSOE y del PP. Es
significativo que ocurra así. El PP y el PSOE están llegando a lo
más bajo que pueden. El sistema político español saca lo peor de
los partidos y estos dos ya están en la fase final. Por supuesto que
el entendimiento entre UPyD y los partidos nacionalistas es
imposible.
Algo
hay que reconocerle al partido de Rosa Díez, y es su firmeza frente
a Eta sobre todo, y ante los nacionalistas. Estas son las cosas que
exasperan a los dos partidos mayoritarios de España, puesto que en
ellas se encuentran las más vomitivas de sus contradicciones.
Todos
los componentes de UPyD, con Rosa Díez a la cabeza, son tajantes con
Eta y con los partidos proetarras. Y eso duele y exaspera a los
infames socialistas que son partidarios de contemporizar con la banda
y sus simpatizantes.
Últimamente,
se han unido a esta cofradía de infames algunos dirigentes del PP,
quién lo iba a decir y, claro, la insistencia de UPyD en denunciar
que sus pies huelen a queso les saca de quicio.
A
través de los siglos los españoles hemos adquirido ese hábito
dictatorial que nos caracteriza, pero en el caso de los políticos es
más acusado y hace más feo.
La
destemplanza con que los políticos del PP y del PSOE atacan a UPyD
cuando este partido cumple con su obligación con respecto a Eta y
sus aledaños es significativa y nauseabunda. Lo último que nos
faltaba por ver a los ciudadanos españoles es al PSOE y al PP
defendiendo a los partidos proetarras frente a UPyD.
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