En
aquellos tiempos en que Jorge Verstrynge era un personaje público,
Alfonso Guerra alardeaba de saber todo lo que se cocía en Alianza
Popular. Para decirlo claramente, presumía de algo que debería
avergonzarle. Es bueno saber con qué mimbres se ha ido tejiendo
nuestra “democracia”.
Trataron
de presentarnos a Alfonso Guerra como a alguien muy inteligente, cosa
con la que no estaba de acuerdo Jorge Semprún, y que el propio
interesado se encargó de desmentir cuando dijo de sí mismo que era
el cocinero que preparaba los platos y que Felipe González era el
camarero que los servía. Esa fue una torpeza descomunal, puesto que
siendo un amante del poder (“el que se mueva no sale en la foto”
es una de sus frases más famosas), no supo calcular que el poder lo
tenía Felipe González y que lo de camarero no le iba a sentar bien.
Alfonso
Guerra sabía todo lo que ocurría en Alianza Popular, pero se calló
lo de la financiación irregular que denuncia Jorge Verstrynge ahora,
poniéndolos en entredicho a los dos. A uno por no hacer la denuncia
en su momento y al otro por callar lo que sabía. Es una lástima,
por otra parte, que Fraga ya no esté. Aznar creo que ya no tiene
bigote.
Quién
sí denunció las cosas en momento y lugar oportunos fue Alonso
Puerta; por eso fue expulsado del partido y el pueblo le premió no
votándole cuando se presentó por otro. Eso de que el pueblo no se
equivoca nunca vamos a dejarlo estar. Y lo de que no hay que
generalizar metiendo a todos los políticos en el mismo saco habrá
que ponerlo en cuarentena. ¿Cuántos compañeros de partido de
Alonso Puerta se solidarizaron con él cuando fue expulsado? ¿Cuántos
políticos han abandonado la política al saber que su partido estaba
inmerso en procesos sospechosos? ¿Cuántos políticos han exigido a
los líderes de sus partidos que aclaren los casos que les afectan?
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