martes, 8 de enero de 2013

¿Qué hará Rita Barbera en el caso BVA?

Lo que se avecina para el Banco de Valencia no es nada halagüeño. Y como es habitual en España, se lleva todo en secreto. En un país democrático se conocerían todos los términos del contrato entre el Frob y CaixaBank sobre lo que se ha dado en llamar venta del Banco de Valencia. En España se sospecha que puede haber algo más de lo que se ha dicho.
Lo que puede ocurrir es que el Banco de Valencia, además de tener más de cien años, tenga también los días contados. Una posibilidad es que nada más hacerse cargo CaixaBank del Banco de Valencia cierre casi todas las oficinas de este y se quede con sus clientes. Luego dejaría morir al Banco de Valencia y cuando la gente ya se hubiera conformado, lo haría desaparecer del todo. Este es un peligro nada remoto.
La cuestión es que si el Banco de Valencia está en esa situación es por algo. La sociedad valenciana merece algo más que lo que se está haciendo que es dejar correr el asunto.
La reducción del valor nominal de las acciones es una puñalada a la espalda de los accionistas, que puede ser el preludio de otra mayor. Los accionistas del Banco de Valencia han estado indefensos durante todo el tiempo. Deben de haber muchas leyes que protejan a los inversores, pero es como si no hubiera ninguna.
La clase política valenciana tendría algo que decir, claro. Pero no se la ve por la labor. De Fabra no cabe esperar nada. Rita Barberá, que parece un ídolo de masas, tampoco. Lo más que ha dicho es que “los empresarios estén al lado del Banco de Valencia”, o que “CaixaBank respete la sensibilidad valenciana”. Rita Barberá era amiga del presidente del Banco de Valencia y quizá lo siga siendo. Las clases política y financiera españolas no generan ninguna seguridad a nadie.

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