lunes, 7 de enero de 2013

Eso de contratar a un albañil sudamericano

Le conté a un amigo que en un bar me había atendido un camarero paquistaní y que, a pesar de que la mesa estaba limpia, le había pasado el paño; en cambio, el camarero español de otro bar había dejado en la mesa las huellas del paso del cliente anterior. Al hilo de lo anterior, podría añadir que el dueño de otro bar no ha renovado el contrato a una camarera ucraniana, muy meticulosa y atenta con los clientes y su sustituto español no resiste la comparación en el aspecto profesional.
Lo que me contestó mi amigo es que para el chalet que se está haciendo sólo contrata albañiles sudamericanos. Son muy educados y cumplidores, dice. Admiten sugerencias y proponen soluciones para los problemas que van surgiendo. Las experiencias que tuvo con trabajadores españoles no son buenas. A los sudamericanos puede dejarlos tranquilamente e irse a sus cosas, sabiendo que no lo van a engañar, ni a hacer mal las cosas.
Es duro tener que decir que muchos trabajadores españoles se han dejado arrastrar por el ambiente, olvidando la autoestima, como los oligarcas, y el amor por el oficio. Pero yo recordé que tiempo atrás hice una ligera reforma en mi casa. Contraté con una empresa, la cual subcontrató el trabajo con albañiles, fontaneros, electricistas, mueblistas y escayolistas. Presumiblemente, les ajustó el precio que debía pagarles, porque el único que hizo bien su trabajo fue el escayolista. Me fie de ellos y los dejé hacer y luego comprendí que debería haber estado vigilándoles todo el tiempo. Todos trataron de ganar algo más escatimando en cosas tan simples como los materiales que utilizaban. Ahorraré los detalles, sólo diré que vi en el banco al dueño de la empresa de fontanería que intervino en esa reforma de mi casa; estaba tratando sacar el mayor rendimiento al fruto de sus continuos latrocinios. Aproveché para hablarle de lo que había hecho en mi casa y me contestó que en cuanto pasaran Fallas vendría a solucionármelo. Y ya han pasado varias fiestas de Fallas. Si llego a confiar en él...

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