Ya ha regresado a casa Elvira Roda, la chica burbuja. Y lo ha hecho, como es sabido, en un avión particular de El Pocero, que es quien ha corrido con todos los gastos. La familia de Elvira ya se ha gastado todo lo que tenía, por lo que no podía hacerse cargo del viaje de vuelta. Tampoco podía pagar los gastos del hospital en Estados Unidos, en el que ha estado durante ocho meses. De modo que puede decirse que puede decirse, hablando con propiedad, que Francisco Hernando ha salvado una vida. Hay quienes presumen de haber levantado un imperio comercial, partiendo de la nada; o de haber logrado la presidencia de una gran empresa, habiendo comenzado desde abajo. Creo que salvar una vida es más que todo eso. Quien salva una vida demuestra con ello que tiene en cuenta al prójimo, que su vida no se mueve entre coordenadas egoístas.
Para entender la verdadera magnitud de su acto, conviene comparar la actitud de Francisco Hernando con la de los políticos. Éstos están en política, teóricamente, para resolver problemas de los demás. Sin embargo, en este caso, la Generalidad Valenciana se limitó a decir que en todo caso debía ser el ministerio de Asuntos Exteriores el que se hiciera cargo del traslado. El ministerio ni siquiera ha respondido al requerimiento. O sea, los políticos no han dado ningún paso para buscar alguna solución. Si adquiero yo esa enfermedad, me muero. Al parecer, hay varias decenas de afectados en la Comunidad Valenciana, aunque ninguno de esos casos alcanza la gravedad del que afecta a Elvira Roda. La sanidad pública valenciana no se hace cargo de todos los gastos. ¿Por dónde se le escapa el dinero a la sanidad? ¿Cómo procuran los políticos salvaguardar los intereses de los ciudadanos?
Francisco Hernando, el Pocero, no se ha limitado a traer a Elvira Roda desde Dallas. Se hará cargo de todos los gastos que ocasione la enfermedad de Elvira. Además, le ha asignado una pensión vitalicia.
¿Captará algún político la trascendencia de este acto? ¿Sabrá valorar alguno de los políticos la tranquilidad que ha proporcionado a Elvira Roda y sus familiares el Pocero? ¿Se acordará, algún político, de que hay otros afectados padeciendo penalidades?
Para entender la verdadera magnitud de su acto, conviene comparar la actitud de Francisco Hernando con la de los políticos. Éstos están en política, teóricamente, para resolver problemas de los demás. Sin embargo, en este caso, la Generalidad Valenciana se limitó a decir que en todo caso debía ser el ministerio de Asuntos Exteriores el que se hiciera cargo del traslado. El ministerio ni siquiera ha respondido al requerimiento. O sea, los políticos no han dado ningún paso para buscar alguna solución. Si adquiero yo esa enfermedad, me muero. Al parecer, hay varias decenas de afectados en la Comunidad Valenciana, aunque ninguno de esos casos alcanza la gravedad del que afecta a Elvira Roda. La sanidad pública valenciana no se hace cargo de todos los gastos. ¿Por dónde se le escapa el dinero a la sanidad? ¿Cómo procuran los políticos salvaguardar los intereses de los ciudadanos?
Francisco Hernando, el Pocero, no se ha limitado a traer a Elvira Roda desde Dallas. Se hará cargo de todos los gastos que ocasione la enfermedad de Elvira. Además, le ha asignado una pensión vitalicia.
¿Captará algún político la trascendencia de este acto? ¿Sabrá valorar alguno de los políticos la tranquilidad que ha proporcionado a Elvira Roda y sus familiares el Pocero? ¿Se acordará, algún político, de que hay otros afectados padeciendo penalidades?
No hay comentarios:
Publicar un comentario