lunes, 30 de junio de 2008

No, no es gafe

El presidente del gobierno de España niega su condición de gafe, es más, dice que afirmarlo era una maldad. ¿Cómo se le puede considerar gafe siendo como es el primer presidente de la era democrática española que asiste a un éxito de esta naturaleza? Aunque él no está muy seguro de esto, dice que lo cree. Al menos, a tenor de su comentario, se puede entender que cree en la existencia de gafes, aunque no se tenga por tal.
Según cuenta Santiago González en su
blog, después del partido de España contra Rusia del 12 de junio de 2004, la vicepresidenta del gobierno llamó a El País para comentar que en el descanso del partido, muy nerviosa, telefoneó al presidente, el cuál le dijo que no se preocupara porque España iba a ganar, pero que tenía que entrar Valerón. Lo hizo y en el minuto 14 de la segunda parte metió el gol. La vicepresidenta quiso luego que toda España lo supiera y de ahí su llamada al periódico. Tal vez sea por eso por lo que está firme en su cargo y no le crecen los sebastianes como a otros.
Pero para goles los de Bibiana Aido, a la que se conoce que no le han dado presupuesto y anda metiendo bulla para que se note que está ahí, luchando por la igualdad, aunque cada vez que abre la boca da un susto a los demás ministros (y ministras), que han de andar al quite. Dice que la RAE es machista, porque tiene pocas miembras, pero en la red los que preocupan son los trolls, y también los hay del género femenino, ¿cómo les dirá? A algunos nos molesta que Pancracio Celdrán Gomariz, que acaba de sacar
El gran libro de los insultos, no tenga ninguna posibilidad de convertirse en académico y ministra lo que quiere es cambiar el idioma por la brava.
Zapatero no es gafe, ha venido para cambiar el mundo, para arrinconar al machismo, para que su generación cumpla su derecho a ver a la selección ganando un campeonato, para que algunos trasvases se llamen conducciones, para oponerse a la energía nuclear, para que las crisis sean opinables y, sobre todo, para que los españoles miren angustiados el mañana.

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