Como era de esperar, no han sido unánimes las reacciones, tras la publicación de los balances fiscales por parte del gobierno. Cada cual toma las cosas según le conviene. A mi modo de ver, lo que demuestran esos balances, junto con el modo en el que se hace política en España, es que el Estado de las Autonomías es bastante rudimentario. Para empezar, el dinero se gasta arbitrariamente, tanto por parte del gobierno central como de los autonómicos. Así se explica que nunca entrara en los planes de ningún gobierno hacer el AVE a Valencia; en todo caso se dejaba para última hora. Y así, aunque el gobierno del socialista Lerma pagó 100 000 millones de pesetas (600 000 euros) a la empresa francesa Sofrerail, en 1993, por un estudio en el que se demostraba que el AVE a Valencia es el más rentable de España, todavía no se ha hecho. El gobierno central establece las prioridades arbitrariamente y las CC.AA., lo gastan como creen conveniente. Así, en la extremeña, el número de funcionarios es elevadísimo y acaso sea por ello por lo que siempre gana las elecciones el mismo partido. El gobierno catalán gasta ingentes cantidades de dinero en fomentar la lengua catalana en la Comunidad Valenciana (lean la entrevista con Baltasar Bueno). El gobierno valenciano derrocha el dinero con la innecesaria Academia Valenciana de la Lengua.
Todos derrochan el dinero con las televisiones, que se llaman públicas, pero en realidad son instrumentos de propaganda. Quizá vengan de ahí los enormes déficits que arrastran. Cada día parece más evidente que algunas competencias no se debieron haber transferido. Cabría preguntarle a Ibarretxe, al que, por otra parte, tanto le gusta preguntar, si la Comunidad Autónoma del País Vasco hubiera obtenido las ventajosas condiciones de que disfruta si no existiera ETA.
Habría que replantear por completo todo lo que concierne a esta cuestión. Habría que establecer los criterios con los que se ha de distribuir el dinero y de qué modo se ha de gastar. No parece muy solidario, por ejemplo, que el número de funcionarios de unas comunidades triplique al de otras. Ni que las televisiones se rijan por los criterios actuales ni que tengan vía libre para gastar. Creo que, del Estado de las Autonomías , lo único que merece ser salvado es el concepto.
Todos derrochan el dinero con las televisiones, que se llaman públicas, pero en realidad son instrumentos de propaganda. Quizá vengan de ahí los enormes déficits que arrastran. Cada día parece más evidente que algunas competencias no se debieron haber transferido. Cabría preguntarle a Ibarretxe, al que, por otra parte, tanto le gusta preguntar, si la Comunidad Autónoma del País Vasco hubiera obtenido las ventajosas condiciones de que disfruta si no existiera ETA.
Habría que replantear por completo todo lo que concierne a esta cuestión. Habría que establecer los criterios con los que se ha de distribuir el dinero y de qué modo se ha de gastar. No parece muy solidario, por ejemplo, que el número de funcionarios de unas comunidades triplique al de otras. Ni que las televisiones se rijan por los criterios actuales ni que tengan vía libre para gastar. Creo que, del Estado de las Autonomías , lo único que merece ser salvado es el concepto.
1 comentario:
Felicitaciones por su blog, que permite conocer variadas temáticas.
Saludos
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