Los antecedentes de Villalonga más generalmente conocidos no son nada halagüeños. Tras aterrizar en Telefónica, segregó de ésta una serie de empresas, para que cotizaran en Bolsa. Sus cotizaciones comenzaron a crecer más y más hasta que, finalmente, la burbuja estalló. No creo ser el único que piensa que Alierta debió luchar por la supervivencia de esas empresas, toda vez que una suerte de ahorradores, y también de especuladores, había confiado en ellas. Alierta, no obstante, las liquidó sin contemplaciones.
Villalonga ahora ha recalado en el Valencia C.F., SAD. Muchos empresarios han probado a trasladar al mundo del fútbol sus métodos empresariales y han tenido que abandonar tiempo después, porque no sirven. Un equipo de fútbol está compuesto por personas muy jóvenes y, a menudo, endiosadas. Hay que mantener unido al grupo y, al mismo tiempo, disciplinado.
En un equipo de fútbol es primordial la compenetración. Si no hay compenetración, todo se viene abajo. Es sabido que equipos modestos son capaces de lograr a veces resultados mucho mejores que los de otros con mucho mayor presupuesto. Lograr que todos los integrantes de un club encajen y confíen unos en otros y colaboren y se ayuden en el campo es una tarea que tiene su dificultad. Pero una vez conseguido, si se logra, no está todo hecho. Hay que contar con los demás clubes, que también desean lo mismo, y con la fortuna.
Sin embargo, Villalonga no ha comenzado su andadura futbolística de un modo que haga pensar en la prudencia, aunque tampoco voy a negar que la puede haber, sino más bien haciendo evocar sus comienzos en Telefónica, y también pudiera ser que estuviera tratando de ilusionar al personal, cosa esta última que puede obedecer a diversas causas.
Sé que no está muy bien refrenar la audacia, que puede darse el caso de que Villalonga logre éxitos resonantes y que, por tanto, merezca fuertes aplausos. Pero también hay que tener en cuenta que no juega con su dinero precisamente. Que hay algunas recalificaciones en liza y que también puede ocurrir que el Valencia acabe hundido y arruinado y que a él esa ruina no le afecte demasiado. O nada.
Villalonga ahora ha recalado en el Valencia C.F., SAD. Muchos empresarios han probado a trasladar al mundo del fútbol sus métodos empresariales y han tenido que abandonar tiempo después, porque no sirven. Un equipo de fútbol está compuesto por personas muy jóvenes y, a menudo, endiosadas. Hay que mantener unido al grupo y, al mismo tiempo, disciplinado.
En un equipo de fútbol es primordial la compenetración. Si no hay compenetración, todo se viene abajo. Es sabido que equipos modestos son capaces de lograr a veces resultados mucho mejores que los de otros con mucho mayor presupuesto. Lograr que todos los integrantes de un club encajen y confíen unos en otros y colaboren y se ayuden en el campo es una tarea que tiene su dificultad. Pero una vez conseguido, si se logra, no está todo hecho. Hay que contar con los demás clubes, que también desean lo mismo, y con la fortuna.
Sin embargo, Villalonga no ha comenzado su andadura futbolística de un modo que haga pensar en la prudencia, aunque tampoco voy a negar que la puede haber, sino más bien haciendo evocar sus comienzos en Telefónica, y también pudiera ser que estuviera tratando de ilusionar al personal, cosa esta última que puede obedecer a diversas causas.
Sé que no está muy bien refrenar la audacia, que puede darse el caso de que Villalonga logre éxitos resonantes y que, por tanto, merezca fuertes aplausos. Pero también hay que tener en cuenta que no juega con su dinero precisamente. Que hay algunas recalificaciones en liza y que también puede ocurrir que el Valencia acabe hundido y arruinado y que a él esa ruina no le afecte demasiado. O nada.
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