Zapatero, que fue capaz de permanecer sentado al paso de la bandera estadounidense, que no dudó en sacar las tropas de forma abrupta de Iraq, sin avisar previamente al gobierno de Estados Unidos, ni tampoco darle una explicación después, no tiene miramientos, en cambio, con el pueblo saharaui, que le ha dirigido una carta abierta, con motivo de su visita a Marruecos.
Zapatero, que a pesar de haberlo intentado con insistencia, no ha logrado hacer las paces con el gobierno de Estados Unidos. Sí las ha hecho, en cambio, con el gobierno de Venezuela, tras el ¿por qué no te callas?, y también las supo hacer con el gobierno de Marruecos, tras la infame pataleta de éste por la visita del Rey de España a las ciudades españolas Ceuta y Melilla.
Cabría pensar que puesto que Venezuela y Marruecos son naciones mucho más humildes que Estados Unidos, la actitud de Zapatero responde a una actitud gallarda, a favor de los débiles. Pero no es así. Las chulerías con Estados Unidos le dan votos, así que no le importa que España salga perjudicada después. La amistad con el izquierdista Chávez también está bien vista en el sector del que surgen muchos de sus votos. La amistad con Marruecos, sin duda, se debe a un gran número de intereses que propicia la proximidad geográfica.
Resulta, por otro lado, que Marruecos es aliado de Estados Unidos, de Francia, y de otros países, por lo que puede presentar una oposición fuerte a España. El Pueblo saharaui tiene razón, se la viene dando la ONU una vez tras otra, y Marruecos incumple todas las resoluciones. El Pueblo saharaui tiene a España como su principal valedora y es España quien nutre sus mayores esperanzas. Pero Zapatero no es Don Quijote de la Mancha. Si desairar a Estados Unidos le dio votos, defender al Pueblo saharaui no le reportaría ninguno.
El blog de los saharauis se llama, no en balde, Sahara resiste.
Zapatero, que a pesar de haberlo intentado con insistencia, no ha logrado hacer las paces con el gobierno de Estados Unidos. Sí las ha hecho, en cambio, con el gobierno de Venezuela, tras el ¿por qué no te callas?, y también las supo hacer con el gobierno de Marruecos, tras la infame pataleta de éste por la visita del Rey de España a las ciudades españolas Ceuta y Melilla.
Cabría pensar que puesto que Venezuela y Marruecos son naciones mucho más humildes que Estados Unidos, la actitud de Zapatero responde a una actitud gallarda, a favor de los débiles. Pero no es así. Las chulerías con Estados Unidos le dan votos, así que no le importa que España salga perjudicada después. La amistad con el izquierdista Chávez también está bien vista en el sector del que surgen muchos de sus votos. La amistad con Marruecos, sin duda, se debe a un gran número de intereses que propicia la proximidad geográfica.
Resulta, por otro lado, que Marruecos es aliado de Estados Unidos, de Francia, y de otros países, por lo que puede presentar una oposición fuerte a España. El Pueblo saharaui tiene razón, se la viene dando la ONU una vez tras otra, y Marruecos incumple todas las resoluciones. El Pueblo saharaui tiene a España como su principal valedora y es España quien nutre sus mayores esperanzas. Pero Zapatero no es Don Quijote de la Mancha. Si desairar a Estados Unidos le dio votos, defender al Pueblo saharaui no le reportaría ninguno.
El blog de los saharauis se llama, no en balde, Sahara resiste.
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