Cuando Santiago Grisolía, junto con un grupo de intelectuales, todos a sueldo de alguna institución oficial, emitió el dictamen en el que se recomienda no cumplir una sentencia, no lo criticó nadie. Aquí hay varias cuestiones a considerar. Si los interesados emiten un dictamen por encargo y están a sueldo de la Administración, no actúan en este caso como intelectuales. Si no se respeta la ley, en este caso una sentencia, no hay democracia. La ilegalidad la cometió el Partido Socialista y quien ha de cumplir la sentencia, y se niega a hacerlo, es el Partido Popular. Por tanto, unos y otros pecan de sectarismo y demuestran que sus convicciones democráticas son escasas.
Cuando Santiago Grisolía se muestra conforme con la Academia Valenciana de la Lengua, nadie le critica. Pero esta Academia nos cuesta mucho dinero a los valencianos, que luego falta en otros sitios, que quedan desatendidos. No hay ningún motivo para que haya que hacer este gasto, que únicamente interesa a los partidos políticos, por aquello de sus alianzas y de sus apetencias de poder. El PP perdió las elecciones en Cataluña y Francisco Camps intenta ganarse la benevolencia de los catalanes y la citada Academia le viene que ni pintada para ello. De hecho, mandó a la presidenta de la AVL a hacer unas declaraciones, muy del gusto de los catalanes, a un periódico catalán.
Y cuando sí actúa como intelectual adhiriéndose a al Manifiesto por la lengua común, puesto que lo hace por propia iniciativa, surgen las críticas por doquier. Definitivamente, las convicciones democráticas de los políticos españoles son escasas o nulas. Se puede estar a favor o en contra del manifiesto, lo que no resulta muy democrático es criticar a quienes lo firman o no lo firman. Cada uno es libre de tomar la opción que crea más conveniente. Ahora bien, quienes telefonearon al profesor y le arrancaron la confidencia de que lo había firmado sin leerlo, deberían saber lo que se dice en el Jardín de Epicuro sobre la cuestión.
'El profesor en la trinchera'
'Bailaré claqué sobre tus sombras'
'Cuentos de la selva para los niños'
'El sueño milenario'
'El sanador de caballos'
'La cocina al desnudo'
'Educar sin gritar'
'El pequeño dictador'
Cuando Santiago Grisolía se muestra conforme con la Academia Valenciana de la Lengua, nadie le critica. Pero esta Academia nos cuesta mucho dinero a los valencianos, que luego falta en otros sitios, que quedan desatendidos. No hay ningún motivo para que haya que hacer este gasto, que únicamente interesa a los partidos políticos, por aquello de sus alianzas y de sus apetencias de poder. El PP perdió las elecciones en Cataluña y Francisco Camps intenta ganarse la benevolencia de los catalanes y la citada Academia le viene que ni pintada para ello. De hecho, mandó a la presidenta de la AVL a hacer unas declaraciones, muy del gusto de los catalanes, a un periódico catalán.
Y cuando sí actúa como intelectual adhiriéndose a al Manifiesto por la lengua común, puesto que lo hace por propia iniciativa, surgen las críticas por doquier. Definitivamente, las convicciones democráticas de los políticos españoles son escasas o nulas. Se puede estar a favor o en contra del manifiesto, lo que no resulta muy democrático es criticar a quienes lo firman o no lo firman. Cada uno es libre de tomar la opción que crea más conveniente. Ahora bien, quienes telefonearon al profesor y le arrancaron la confidencia de que lo había firmado sin leerlo, deberían saber lo que se dice en el Jardín de Epicuro sobre la cuestión.
'El profesor en la trinchera'
'Bailaré claqué sobre tus sombras'
'Cuentos de la selva para los niños'
'El sueño milenario'
'El sanador de caballos'
'La cocina al desnudo'
'Educar sin gritar'
'El pequeño dictador'
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