viernes, 1 de agosto de 2008

Karadzic quiere la impunidad

Él dice inmunidad, pero ya estamos acostumbrados a que los políticos se crean los dueños de las palabras y empleen las que no corresponden, con el fin de ocultar la realidad. Así, por ejemplo, vemos como se habla una y otra vez de “desaceleración”, cuando lo que percibe la gente es algo muy cercano a la marcha atrás. Karadzic es un político, no conviene olvidar que fue gracias a la política que pudo cometer sus horrendos crímenes. Es una reflexión que conviene hacer a la vista de que a los políticos les basta ponerse la etiqueta de izquierdas o derechas para ganar enseguida la aprobación de los adictos a la ideología correspondiente.
Karadzic vivió con una identidad falsa y un disfraz previsible. Resulta difícil creer que no lo reconociera nadie, que pudiera ir y venir sin que nadie sintiera un escalofrío a su paso. Lo que ocurre es que las víctimas, sobre todo las que lo son porque se niegan a ponerse en el bando de los verdugos, ya saben que difícilmente encontrarán alguien en quien ampararse. He aquí, en España, el caso de Pilar Elías, que no sólo ha de soportar la presencia del cristalero en los bajos de la finca en la que vive, sino que además ha de ver como los vecinos del pueblo, desvían la mirada cuando se cruzan con ella; esos mismos vecinos saludan solícitamente al asesino de su marido. Las víctimas saben que la fuerza con la que resisten todas esas infamias reside en la satisfacción de saber que, al menos por el momento, no son como los cobardes que amparan a los asesinos.
Karadzic exige la impunidad, que él llama inmunidad, y ello debería servir de aviso a esos que cuando se les recrimina cualquier cosa, responden que duermen a pierna suelta, porque tienen la conciencia tranquila. Bien pudiera ser que la tuvieran tan tranquila como Karadzic o el mismo De Juana, que no es que tenga la conciencia tranquila, es que hace “huelgas de hambre”, reclamando sus derechos.
Karadzic no hubiera podido cometer tantos asesinatos él solo.

2 comentarios:

Diego Fernández Magdaleno dijo...

Exactamente: impunidad es lo que quiere.
Saludos,
Diego

Marta Salazar dijo...

gracias por tu artículo!

qué bueno que te refieras a este tema!