domingo, 13 de mayo de 2012

Alemania y los estereotipos

Cuentan que los españoles muy cualificados que se han visto obligados a emigrar a Alemania por no tener ofertas de trabajo en España tienen que soportar pullas basadas en la imagen estereotipada que muchos alemanes tienen de los españoles. Pullas del tipo “rápido, que no estás en España”.
Yo caminaba hoy por las calles de Valencia con un sol que ya en el mes de mayo cae a plomo y pensaba esto no lo conocen los alemanes. Pero no tampoco es esta la cuestión. También pensamos los españoles que los alemanes son infalibles e infatigables y ni una cosa ni otra son ciertas. Lo que sí es verdad es que la productividad alemana es superior a la española y ellos, obligados a trabajar muy duro y a hacer grandes sacrificios, reaccionan recurriendo a los estereotipos: no quieren sacrificarse para que se beneficien unos vagos.
Alguien debería explicar a los alemanes que el motivo por el que la productividad española es baja no es imputable a los trabajadores sino a la oligarquía española, que lo tiene todo bajo control e impone, egoístamente, los modos y sistemas que cree que le convienen. Bastaría con traer la clase empresarial alemana a España, y enviar allí a la española, para que las cosas cambiaran drásticamente. Claro que estas cosas no las va a explicar nadie, pues quienes que hacerlo son los propios oligarcas.
Aunque hay voces que explican que en la actualidad ya se busca más la eficiencia en el trabajo, para el usuario de los servicios las cosas no son así. Lo que se exige en primer lugar al trabajador español es la disponibilidad. Los trabajadores españoles suelen salir muy tarde; no se les pide que trabajen más o mejor, sino que estén en su puesto de trabajo hasta las tantas. En la política, los diputados votan lo que les mandan y en la prensa se observa que cuando un periodista cambia de medio escribe otras cosas.
Es difícil salir del hoyo de la crisis con esta clase dominante, que abarca a todos, sindicatos, patronal, partidos políticos, etc. Pero a los alemanes les han hecho creer que la culpa es de los trabajadores.

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