¿Cómo explicar por qué hay que dar sangre? ¿O médula ósea? No es fácil convencer a la gente egoísta. A la gente que sólo piensa en sí misma, y la suerte de los demás le importa un bledo. O, en un alarde de generosidad, dos bledos. Se puede intentar, no obstante. Por ejemplo: Zapatero dijo, más o menos, que cualquiera puede ser presidente del gobierno.
Se supone que el ansia de un presidente del gobierno es conseguir que los ciudadanos de su país vivan mejor. O sea, un presidente del gobierno desea ayudar a los demás.
Pero no es cierto que cualquiera pueda ser presidente del gobierno. Para llegar hasta ahí, al menos en España, hay que maniobrar dentro del propio partido y pasar por encima de compañeros mejor preparados. Todos no tienen estómago para eso. Los hay que sí, claro. Luego pasa lo que pasa.
La cuestión es que quien realmente tenga ganas de ser útil a la sociedad, y no sólo de presumir de cargos, riquezas y honores, lo tiene fácil. Basta con tener un estado de salud razonablemente bueno para poder dar sangre, y en el mismo acto de la donación pedir que extraigan un tubito más ser incluido en el banco de datos de los donantes de médula ósea. Para quien conozca a alguien que esté a la espera de un donante de médula ósea compatible es difícil resistirse a ser incluido en el Registro Oficial de Donantes de Médula Ósea en España. Lo difícil luego es ser compatible con alguien. Pocos son los que llegan a dar. Muy pocos.
En cambio, la sangre sirve toda. Se tarda unos diez minutos, o menos, en llenar una bolsa. Para los que damos plasma y plaquetas, como es mi caso, el tiempo que dura la donación es más largo. Pero al no extraernos hematíes podemos dar con mayor frecuencia.
Están conmigo en la foto Concha Cañadas Moreno y José Díaz Moreno, otro donante habitual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario