lunes, 14 de mayo de 2012

Ese alcalde de Vic

Si como dijo cierto personaje hay muchos españoles que podrían ser presidentes del gobierno, lo de ser alcalde parece mucho más fácil. Hay que maniobrar menos dentro del partido. Los que mejor saben maniobrar son los que obtienen los cargos y los que están mejor preparados, puesto que creen que su preparación es su mejor aval, se quedan para aplaudir.
El alcalde de Vic responde al nombre de Josep María Vila d'Abadal, y la última burrada que ha dicho, porque los tipos como este no se conforman con una, es que si Jesucristo viviera ahora sería claramente independentista. Y para apoyar su peregrino aserto añade que los monjes del monasterio benedictino de Montserrat también lo son.
En lo que respecta al monasterio me asombra que el Papa, tan estricto y severo en otras cuestiones, permita semejantes muestras de odio de estos monjes a la mayor parte de los españoles. Este odio también está presente en algunos obispos. ¿Es que considera el Papa que el odio no es pecado?
Por otra parte, al citado alcalde, que ambiciona un cargo más alto, hay que catalogarlo como católico, porque de otro modo no hubiera dicho eso, y, por tanto, debe conocer el mandamiento que dice que no hay que tomar el nombre de Dios en vano.
¿Cómo es posible que sepa con tanta exactitud cuál sería la postura de Jesucristo? No se le conocen estudios previos que demuestren que sus grandes conocimientos sobre la vida y la persona de Jesucristo. En lugar de inventarse lo que le conviene, podría haber recordado que echó a los mercaderes del templo a zurriagazos, no vaya a ser que le hubiera tocado alguno, por estar confundiendo al personal con el fin de obtener más votos, cosa que entra dentro del mercadeo.
De modo que fomentar el odio a España es una virtud teologal para algunos.

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